El homenaje al histórico sindicalista de CC OO Juan Muñiz Zapico se convirtió ayer en un multitudinario y emotivo acto para rememorar el 'proceso 1001'

Leticia Álvarez/Gijón

	Aplausos. Abogados que participaron en el 'proceso 1001'. [Foto: EFE]

Arrancó el homenaje a Juan Muñiz Zapico con un preludio de la emoción que se viviría durante hora y media en el Teatro Jovellanos. Fue la voz de Chus Pedro, 'alma mater' de Nuberu, la encargada de anunciar que el acto que ayer reunió en el coliseo gijonés a los nombres más significativos de la izquierda asturiana, tenía un nombre propio: 'Juanín, el labraor de llibertades'. Al comunista de La Frecha (Lena), muerto en accidente de tráfico el 2 de enero de 1977, le cantó ayer Nuberu, pero también las personalidades que intervinieron en el acto para ensalzar que «el ideario que 'Juanín' encarnó y su espíritu de lucha están vivos y son hoy más necesarios que nunca». Lo dijo Antonio Pino, secretario general de CC OO en Asturias, al que relevaría ante el micrófono José María Fidalgo.

Fidalgo incluyó a 'Juanín' entre «los héroes que han hecho que yo esté aquí hoy como secretario general de CC OO». Comentó que el papel de «aquellos luchadores nos cambió la vida a muchos porque contribuyeron a traer la libertad, pero también a forjarnos un corazón y una cabeza con unos ideales». Valores que resumió en tres: la entrega a los valores suprapersonales, la solidaridad y la valentía y que, según expresó, «son los que hoy celebramos y deberían compartir incluso quienes no lucharon por ellos por imbéciles o pringaos y hasta quienes los combatieron».

Hubo un momento especialmente emotivo y fue el protagonizado por Manuel López, abogado laboralista que defendió a Juan Muñiz Zapico en el tristemente famoso 'proceso 1001'. Precisamente el homenaje a 'Juanín' se convirtió en un tributo a los diez trabajadores comunistas que se sentaron en el banquillo de los acusados el 20 de diciembre de 1973, el mismo día en que Carrero Blanco era asesinado. Un juicio en tiempos convulsos y en el que los diez obreros fueron condenados por «defender sus ideales». Ayer algunos de los procesados y juristas que protagonizaron el histórico juicio también estuvieron en el Jovellanos para homenajear a su 'compañero'. El abogado Manuel López recordó al que fuera su defendido en ése y otros procesos como un hombre «inteligente hasta el punto de que nos bastó una tarde en la cárcel de Carabanchel para que memorizara todo el interrogatorio. Luego nos reíamos porque creían que lo habíamos estado ensayando como si fuera una obra de teatro». De la anécdota pasó el letrado a recordar otros momentos de lucha sindical de los que también formó parte como abogado defensor como los encierros de mineros en Minas Llamas, las huelgas del 62 y otros hitos obreros.

Tolerancia y diálogo

Tras su intervención le llegó el turno a la familia del homenajeado, de la que hizo de portavoz el hijo de 'Juanín', Marcos Muñiz. En asturiano, admitió que sabía de su padre por lo que le transmitieron sus compañeros de lucha y amigos, «porque murió cuando yo tenía cinco años y estuvo en prisión desde que cumplí uno». Pero sobre todo, dijo saber de él, por sus abuelos «Ángeles y Eloy encarnaban los valores de la tolerancia y el diálogo, que al final son las virtudes que refrendaba mi padre».

Marcos Muñiz recordó emocionado cómo su abuela solía decir que cuando 'Juanín' «iba a entamar a vivir llevómelu un malditu cochucu» en alusión a la cercanía de su accidente de tráfico con las primeras elecciones democráticas vividas en este país. Se convirtió también el hijo de 'Juanín' en el único de los intervinientes en mencionar el proceso judicial contra los sindicalistas Cándido y Morala, condenados a pena de prisión por «unas movilizaciones obreras en un perfecto sistema de libertades, según dicen algunos». Sus palabras pusieron al público en pie. También con aplausos se recibieron las del presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, para quien 'Juanín' encarna, sobre todo, unos valores que «debemos transmitir a las nuevas generaciones». El discurso de Areces sirvió para recordar que «la libertad que hoy disfrutamos es el fruto de la lucha de personas que como Muñiz se dejaron su vida y su esfuerzo en el camino». Añadió el presidente electo de la comunidad que «recordar a luchadores como 'Juanín' es tener muy presente que la libertad no nos la regaló nadie».

Pero advirtió de que «aunque hemos avanzado mucho tenemos que seguir luchando y ser ambiciosos porque hay que superar problemas como los que ponen en peligro nuestra democracia al tratar de imponernos sus ideas con a violencia». Álvarez Areces dijo además que la «izquierda del progreso tiene que interpretar con inteligencia su papel en la España de hoy» y lamentó que 'Juanín' «no esté aquí porque seguro que nos ayudaría a encontrar ese papel».

La intervención de Paz Fernández Felgueroso también fue emotiva. Tuvo un emotivo recuerdo para todos los implicados en el 'proceso 1001' porque, junto con los abogados asesinados en Atocha en 1977, y de la conmemoración del 30 aniversario de la primera llamada a las urnas «celebramos uno de los capítulos más gloriosos de la lucha obrera y por ello también una fiesta».

Con ese encuentro político y sindical culminaban decenas de actos conmemorativos de la figura del que fuera uno de los hombres claves del movimiento obrero antes de la llegada de la Democracia. Actos que impulsó la Fundación Juan Muñiz Zapico y cuyo presidente, Francisco Prado Alberdi, aseguró que han servido «para recuperar la memoria histórica y rememorar unos valores obreros importantes, porque a pesar de que nos quieren convencer de que la democracia fue donada, fue una conquista de todos los hombres y mujeres que lucharon como 'Juanín'».