Gijón, J. M. Ceinos

El acto en recuerdo del sindicalista contará con José María Fidalgo, líder de CC OO, y con el abogado Manuel López

	Por la izquierda, Juan Sánchez, Francisco Prado Alberdi e Higinia Torre Patallo. [Foto: Marcos León]

El sindicato Comisiones Obreras (CC OO) rendirá mañana, en el teatro Jovellanos de Gijón, un homenaje a una de sus leyendas: Juan Muñiz Zapico, «Juanín», fallecido hace treinta años, en enero de 1977, en un accidente de tráfico, en los comienzos de la transición a la democracia. En el escenario del coliseo municipal del paseo de Begoña se unirá, en torno al recuerdo de Juanín y de la memoria histórica, el máximo dirigente nacional de Comisiones, el médico leonés José María Fidalgo, así como el presidente en funciones del Consejo de Gobierno del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces, y la alcaldesa en funciones de Gijón, Paz Fernández Felgueroso.

Junto a ellos intervendrán Higinia Torre Patallo, viuda de Juan Muñiz Zapico; sus hijos, Marcos y Yolanda Muñiz Torre; Francisco Prado Alberdi, presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico; Antonio Pino, secretario general de CC OO de Asturias, y el abogado Manuel López, que defendió a Juanín y a otros militantes asturianos de la izquierda ante los tribunales del franquismo, entre ellos a Vicente Álvarez Areces cuando militaba en el Partido Comunista.

En el Jovellanos, a las doce del mediodía, estarán presentes algunos de los encausados en el proceso 1.001 del Tribunal de Orden Público (TOP), como Eduardo Saborido, Nicolás Sartorius, Fernando Soto, Francisco Acosta, Miguel Ángel Zamora y Pedro Santiesteban.

«Además de rendir homenaje a la memoria de Juanín, lo que queremos es trasladar a los jóvenes que la democracia no fue donada, fue conquistada, fundamentalmente por los trabajadores», afirmó ayer Francisco Prado Alberdi en el transcurso de la presentación del acto de mañana en el teatro Jovellanos, en la que también estuvieron presentes Juan Sánchez, secretario general de CC OO de la comarca de Gijón, e Higinia Torre. En definitiva, siguió Alberdi, «recuperar la memoria histórica de la lucha de los trabajadores en Asturias y en España contra la dictadura, ya que, como escribió Nicolás Sartorius, Franco murió en la cama, pero al franquismo se le enterró en la calle».