José Manuel López López Abogado de Juanín en el «proceso 1.001»
«Cuando demandé al Movimiento Nacional el juez me dijo que era como ir contra la patria»
4 de enero de 2007 - La Nueva España
En nuestro país se sigue con el camelo de la pureza y la independencia del derecho»
Víctor Guillot
Dice Vicente Álvarez Areces que José Manuel López es un referente de los abogados laboralistas y de los juicios políticos. En su caso, establecieron contacto en París, gracias a su hermana. José Manuel López López fue el abogado laboralista que defendió a Horacio Fernández Inguanzo, a Vicente Álvarez Areces y a Juan Muñiz Zapico en sendos procesos políticos. Ayer acudió al homenaje de su amigo Juanín. El presidente del Principado, gran amigo suyo, lo tiene muy claro: «Fue un labrador de un país moderno y con libertades. Esto no lo regaló nadie. Fueron ellos quienes lo conquistaron».
-Explíquenos el proceso de Horacio Fernández Inguanzo.
-Inguanzo tenía una condena en rebeldía a veinte años y un día. El primer juicio que yo le defendí fue en revisión de esa condena. Fue un proceso muy sonado porque Inguanzo tenía mucho interés en que se expusiera durante la defensa la línea política del PCE. Entonces yo le preparé un interrogatorio ceñido al Código Penal, con muchas preguntas, para que pudiera explicar cuál era esa línea. Duró muchas horas. Todo el día. Yo le decía a un compañero que habíamos toreado un toro de setecientos quilos.
-¿Como se vivió el «proceso 1.001»?
-Ese juicio yo no lo había olvidado, ni Juanín tampoco. En el «proceso 1.001», utilizamos el mismo procedimiento con el sindicato CC OO, pero se celebró en un momento contradictorio.
-¿Por qué?
-De una parte, quería hacerse un procedimiento con penas muy duras, pero a mí el fiscal me enseñó después un escrito que expresaba su deseo de rebajar las penas. Con la muerte de Carrero Blanco no lo pudo hacer. Viví aquel proceso muy tranquilo. También lo vivió así don José María Gil Robles; en cambio, el pobre Luis Giménez estaba muy nervioso con el grito de los fascistas.
-Antes ha señalado que en el «proceso 1.001» se había seguido la misma estrategia que con Inguanzo.
-Tratamos de demostrar al hilo del Código Penal que ninguna de las causas que se le imputaban a CC OO era delito.
-Con Juanín fue fácil preparar su interrogatorio. Eran muy amigos.
-Sólo necesitamos una tarde en Carabanchel. Juanín era un tipo muy inteligente. Decían que lo habíamos preparado con mucha antelación. Qué va, no hizo falta. Es más, nos reímos mucho.
-Usted demandó al Movimiento Nacional.
-Mi defendido era Alberto Menéndez, autor de un buen libro, «Los girasoles ciegos». Trabajaba para una editora del Movimiento Nacional de la que había sido despedido. Me doy cuenta de que el Movimiento Nacional era una persona jurídica como la Administración. Así que cuando fui a demandar al Movimiento por el despido de Alberto, el magistrado me dijo que estaba feo demandarlo, que era como ir contra la patria o demandar a España. El magistrado, con la democracia, ha sido presidente de la Sala Social del Tribunal Supremo.
-En Italia hubo una escuela que buscaba la aplicación alternativa del derecho, un uso inclinado a favor de los intereses de la clase obrera.
-Eso, dentro de lo posible, se ha hecho en España, pero muy poquito. En nuestro país se sigue con el camelo de la pureza y la independencia del derecho. Pero como me decía un amigo mío, cuando íbamos a un juicio de arrendamientos urbanos, en seguida se sabía si el juez era casero o inquilino.
-¿Qué opinión le merece en estos momentos la izquierda?
-Estoy perplejo. Y es que de eso no hablo.