Resumen de prensa
Por la izquierda, Paz Fernández Felgueroso y Vicente Álvarez Areces, con la familia de Juan Muñiz: su viuda, Higinia Torres, y sus hijos, Marcos y Yolanda Muñiz, ayer, en el Jovellanos. [Foto: Marcos León]
Areces apela a la unidad de la izquierda «para trabajar con altura de miras y generosidad»
11 de junio de 2007 - La Nueva España

Líderes políticos y sociales reivindicaron la democracia en España rememorando la figura y la lucha comunista de Juan Muñiz Zapico

Víctor Guillot

El día que mataron a Carrero Blanco se inició el proceso contra Comisiones Obreras, más conocido como el «proceso 1.001» por el que fueron condenados a penas de cárcel de veinte años Marcelino Camacho, Eduardo Saborido y Nicolás Sartorius, y de diecinueve años Francisco García-Salde y Juan Muñiz Zapico, «Juanín», todos ellos labradores de la democracia española. Ayer se recordaba en el teatro Jovellanos aquel proceso, con un homenaje al líder sindical y comunista Juan Muñiz Zapico, muerto en accidente de coche hace treinta años.

Francisco Prado Alberdi, durante su intervención en el acto. [Foto: Marcos León]
El acto organizado por la Fundación que lleva su nombre contó con las palabras de su presidente, Francisco Prado Alberdi; la Alcaldesa de Gijón en funciones, Paz Fernández Felgueroso, José Manuel López, abogado laboralista que defendió a Muñiz Zapico en el «proceso 1.001»; el secretario de CC OO de Asturias, Antonio Pino; el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces; el secretario general de CC OO, José María Fidalgo, y la familia de Juanín.

Aunque el acto fue un ejercicio de «memoria histórica», a través de la figura política y sindical de Juan Muñiz Zapico, en el mensaje del Presidente en funciones del Principado subyacía otro más oportuno, un día antes de que se inicien las negociaciones entre la FSA e IU.

José María Fidalgo, con los socialistas Francisco Villaverde y Julio Ramos, en la espicha posterior al acto. [Foto: Marcos León]
Vicente Álvarez Areces describió a Juanín como el hombre de la unidad. «Su trabajo sindical y político fue de integración y unidad. Esa unidad es necesaria para la izquierda política y social, que debe seguir trabajando con altura de miras y generosidad». No pudieron escuchar estas palabras ni Jesús Iglesias, coordinador de IU de Asturias, ni Jesús Montes Estrada, coordinador local de IU en Gijón, ausentes destacados en un acto de gran simbolismo, aunque sí lo hizo desde una butaca Noemí Martín, líder del sector oficial del PCA, para quien Juanín «fue un eslabón fundamental para lograr la democracia y un ejemplo para todos los comunistas».

Francisco Prado Alberdi explicó el sentido político de este acto al inicio: «Se trata de algo más que un homenaje, se trata de recuperar la memoria histórica y los valores que significaron a Juanín». Para el sindicalista, «esto es un acto político contra el revisionismo histórico de aquellos que dicen ser demócratas de toda la vida».

Que la dictadura no se acabó con la muerte de Franco ni la democracia llegó con un rey es algo que la izquierda ha defendido hasta la saciedad desde que la derecha social ya no tiene complejos. «Se nos quiere convencer de que la democracia nos fue donada. Pues no es así. La democracia fue una conquista del movimiento obrero», exclamó ante un teatro Jovellanos completamente ocupado por militantes del PSOE y del PCE.

 

El hijo de Juanín reclamó justicia y democracia para los sindicalistas Cándido y Morala
11 de junio de 2007 - La Nueva España

V. G.

Prado Alberdi, José María Fidalgo, Antonio Pino, Felgueroso, Areces y la familia de Muñiz. [Foto: Marcos León]
La familia y los amigos de Juan Muñiz Zapico estuvieron presentes en el homenaje a Juanín y dejaron oír su gratitud a través de las palabras de su hijo, Marcos Muñiz Torres, quien conoció a su padre a través de las referencias de su madre y sus abuelos. El hijo de Juanín no quiso desaprovechar la ocasión política y reclamó democracia y justicia para Cándido Carnero y Juan Manuel Martínez Morala, los dos sindicalistas de la CSI pendientes de cumplir condena de tres años de cárcel tras las últimas movilizaciones de Naval Gijón. Juan Manuel Morala fue uno de los sindicalistas presentes en el acto que recordaba al líder comunista.

La viuda de Juanín, Higinia Torres, más conocida como Genita, quiso dar su agradecimiento, a través de los medios de comunicación, minutos antes de que tuviera lugar el acto político organizado por la Fundación que lleva el nombre de su marido: «Me siento orgullosísima y satisfecha. No tengo palabras suficientes para agradecer al pueblo de Gijón, a Asturias y a toda la clase trabajadora todo lo que se ha hecho por Juan. Sólo quiero decir que como él hubo muchos trabajadores que lo dieron todo».

 

Fidalgo: «Fue capaz de arrastrar a una mayoría en la lucha por la libertad»
11 de junio de 2007 - La Nueva España

Por la izquierda, Antonio Pino, Prado Alberdi, Areces y, cogiéndole por el hombro, José María Fidalgo. [Foto: Marcos León]
El recuerdo a Juan Muñiz Zapico sirvió para que el socialismo gijonés recuperara su tradición marxista a la luz de las palabras de Paz Fernández Felgueroso, alcaldesa de Gijón, quien utilizó una cita de Horacio Fernández Inguanzo, legendario secretario del PCA y senador diputado por Asturias en los inicios de la democracia española, para explicar la figura del sindicalista que participó en la fundación de CC OO: «Juanín forma parte de uno de los capítulos más gloriosos de la historia de nuestro país, de Asturias y del PCE». La regidora quiso dejar claro, a través de las palabras del histórico comunista, que «para el mundo sindical y la lucha política Juanín fue el asturiano del "proceso 1.001", y sobre todo una persona de consenso, luchadora y comprometida con el PCE y el resto de los partidos de la izquierda».

Los líderes sindicales José María Fidalgo, secretario general de CC OO, y Antonio Pino, secretario de CC OO de Asturias, participaron en el recuerdo de Juanín, pues no se trataba sólo de un acto nostálgico, sino de expresión del orgullo sindical.

Ambos líderes reivindicaron el legado que el homenajeado dejó en el sindicato. En ese sentido, para José María Fidalgo, «Juan Muñiz Zapico pertenecía a esa estirpe de hombres que eran capaces de arrastrar a la mayoría social de este país en la lucha por la libertad. Consiguió que sus epígonos trabajaran desde esa libertad para construir la igualdad».

Para el secretario general de la mayor organización sindical de España, con más de un millón de cotizantes, «gracias a figuras como la de Juanín y a la de algunos de sus amigos y compañeros que están hoy aquí presentes para reivindicar su memoria y recordar el pasado de CC OO, hoy podemos disfrutar de lo que tenemos».

José María Fidalgo señaló: «La lucha antifranquista de los años sesenta no admitía ninguna coartada moral». Juan Muñiz Zapico y los que lucharon con él «fueron nuestros héroes, auténticos hombres que habían arriesgado la vida por la libertad y la justicia social», añadió el líder sindical, que heredó de Juanín «un ideario basado en la solidaridad y la valentía».

Para Antonio Pino, secretario de CC OO de Asturias, el sindicato «conserva la impronta de Juanín», un sindicato de lucha, un sindicato autónomo orgánicamente, abierto y plural, con capacidad para proponer, debatir y negociar».

José Manuel López fue otro de los invitados al recuerdo de Juan Muñiz Zapico, su abogado en el «proceso 1.001». El letrado de numerosos sindicalistas y comunistas asturianos en la década de los sesenta señaló al auditorio la gran inteligencia y el tesón en el trabajo y la lucha antifranquista de Juanín, «un auténtico autodidacta que durante el proceso a CC OO hizo uso de su defensa en el juicio para explicar cuál era la línea política del sindicato».

Entre el auditorio estuvieron presentes Marcelo García, presidente de la agrupación socialista de Gijón; Pedro Sanjurjo, primer teniente de Alcaldía; Francisco Santianes, secretario del Partido Comunista de Gijón, y el consejero de Justicia y Relaciones Exteriores, Francisco Javier García Valledor. El homenaje concluyó con un breve concierto del grupo folk «Nuberu».

 

José Manuel López López Abogado de Juanín en el «proceso 1.001»
«Cuando demandé al Movimiento Nacional el juez me dijo que era como ir contra la patria»
4 de enero de 2007 - La Nueva España

En nuestro país se sigue con el camelo de la pureza y la independencia del derecho»

Víctor Guillot

Dice Vicente Álvarez Areces que José Manuel López es un referente de los abogados laboralistas y de los juicios políticos. En su caso, establecieron contacto en París, gracias a su hermana. José Manuel López López fue el abogado laboralista que defendió a Horacio Fernández Inguanzo, a Vicente Álvarez Areces y a Juan Muñiz Zapico en sendos procesos políticos. Ayer acudió al homenaje de su amigo Juanín. El presidente del Principado, gran amigo suyo, lo tiene muy claro: «Fue un labrador de un país moderno y con libertades. Esto no lo regaló nadie. Fueron ellos quienes lo conquistaron».

José Manuel López
[Foto: Marcos León]
-Explíquenos el proceso de Horacio Fernández Inguanzo.

-Inguanzo tenía una condena en rebeldía a veinte años y un día. El primer juicio que yo le defendí fue en revisión de esa condena. Fue un proceso muy sonado porque Inguanzo tenía mucho interés en que se expusiera durante la defensa la línea política del PCE. Entonces yo le preparé un interrogatorio ceñido al Código Penal, con muchas preguntas, para que pudiera explicar cuál era esa línea. Duró muchas horas. Todo el día. Yo le decía a un compañero que habíamos toreado un toro de setecientos quilos.

-¿Como se vivió el «proceso 1.001»?

-Ese juicio yo no lo había olvidado, ni Juanín tampoco. En el «proceso 1.001», utilizamos el mismo procedimiento con el sindicato CC OO, pero se celebró en un momento contradictorio.

-¿Por qué?

-De una parte, quería hacerse un procedimiento con penas muy duras, pero a mí el fiscal me enseñó después un escrito que expresaba su deseo de rebajar las penas. Con la muerte de Carrero Blanco no lo pudo hacer. Viví aquel proceso muy tranquilo. También lo vivió así don José María Gil Robles; en cambio, el pobre Luis Giménez estaba muy nervioso con el grito de los fascistas.

-Antes ha señalado que en el «proceso 1.001» se había seguido la misma estrategia que con Inguanzo.

-Tratamos de demostrar al hilo del Código Penal que ninguna de las causas que se le imputaban a CC OO era delito.

-Con Juanín fue fácil preparar su interrogatorio. Eran muy amigos.

-Sólo necesitamos una tarde en Carabanchel. Juanín era un tipo muy inteligente. Decían que lo habíamos preparado con mucha antelación. Qué va, no hizo falta. Es más, nos reímos mucho.

-Usted demandó al Movimiento Nacional.

-Mi defendido era Alberto Menéndez, autor de un buen libro, «Los girasoles ciegos». Trabajaba para una editora del Movimiento Nacional de la que había sido despedido. Me doy cuenta de que el Movimiento Nacional era una persona jurídica como la Administración. Así que cuando fui a demandar al Movimiento por el despido de Alberto, el magistrado me dijo que estaba feo demandarlo, que era como ir contra la patria o demandar a España. El magistrado, con la democracia, ha sido presidente de la Sala Social del Tribunal Supremo.

-En Italia hubo una escuela que buscaba la aplicación alternativa del derecho, un uso inclinado a favor de los intereses de la clase obrera.

-Eso, dentro de lo posible, se ha hecho en España, pero muy poquito. En nuestro país se sigue con el camelo de la pureza y la independencia del derecho. Pero como me decía un amigo mío, cuando íbamos a un juicio de arrendamientos urbanos, en seguida se sabía si el juez era casero o inquilino.

-¿Qué opinión le merece en estos momentos la izquierda?

-Estoy perplejo. Y es que de eso no hablo.

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