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Presentación del libro de Benigno Delmiro Coto
Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX
  

 
Resumen de prensa

9 de diciembre de 2003 - El Comercio
Palabra nacida bajo tierra

21 de diciembre de 2003 - La Nueva España
El universo literario de la mina

28 de diciembre de 2003 - La Nueva España
"La mejor novela minera está por escribir"

Enero de 2004 - El Sindicato
La Fundación Juan Muñiz Zapico de CC.OO. de Asturias presenta el libro "Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX", de Benigno Delmiro Coto

Enero de 2004 - El Sindicato
Benigno Delmiro: "Quería devolver algo al mundo del que procedía"

5 de febrero de 2004 - Asturies.com
La mina na lliteratura

10 de febrero de 2004 - La Nueva España
Presentado un libro sobre la relación entre la mina y la literatura

18 de febrero de 2004 - Rebelión
La minería en la literatura

21 de febrero de 2004 - Jesús castañón
Jesús Castañón en la literatura minera

31 de julio de 2005 - La Nueva España
La literatura de la mina

 




 
Palabra nacida bajo tierra
El Comercio, 9 de diciembre de 2003

Benigno Delmiro Coto, vecino de Llanera, ha recogido en un libro la literatura en torno a la mina hecha en España en los dos últimos siglos.

Manuel Noval Moro, LLanera


POZO. La casa de aseo de la explotación minera de Pumarabule, en el concejo de Siero. / PABLO NOSTI
Benigno Delmiro Coto, vecino de Lugo de Llanera, ha tenido la suerte de convertirse en el punto de confluencia de dos mundos perfectamente compatibles: la literatura y la mina. La literatura, que lo abarca todo, y la mina, que ha sido fuente de inspiración de numerosos autores gracias su tradición sindical y revolucionaria, y también a su fuerza simbólica.

Nació en El Entrego, hijo de un minero (su padre bajó al pozo María Luisa durante treinta y cuatro años), casi todos sus amigos son mineros y hasta él mismo estuvo a punto de entrar en Hunosa. Pero no lo hizo. Eligió la literatura. Es doctor en Filología Española por la Universidad de Zaragoza, y catedrático de Lengua y Literatura en el instituto Rosario de Acuña de Gijón. Imparte, además, talleres literarios por toda Asturias.

La fusión de sus dos mundos tenía que llegar tarde o temprano, y se hizo realidad con la publicación del libro 'Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX', que ha visto la luz hace unos pocos días (editado por Trea, con el patrocinio de Comisiones Obreras y la Fundación Juan Muñiz Zapico) que fue en su día una tesis doctoral, dirigida por toda una eminencia de la crítica literaria española, José Carlos Mainer.

Marianela, de Benito Pérez Galdós, es la primera obra que aparece en España en torno a la minería en el siglo XIX. En Francia es Las indias negras, de Julio Verne, y, sobre todo, Germinal, de Emile Zola, la novela minera por antonomasia. Desde entonces en muchas ocasiones la mina, sus símbolos y sus causas sociales, ha sido tema o marco de numerosas obras, tanto de narrativa como de poesía. Benigno Delmiro constata tres formas de acercarse a la temática minera. La primera de ellas proyecta una imagen muy negativa. Tal es el caso de La aldea perdida, de Armando Palacio Valdés, o El Tungsteno, de César Vallejo, dos obras que retratan la destrucción del paraiso que acarrea la explotación del subsuelo.

La segunda es una visión comprensiva, que se pone en el lugar de los mineros, comparte sus ínfimas condiciones laborales y los apoya, bien desde la caridad, con visiones muy paternalistas afines a la Iglesia, o bien desde la militancia izquierdista, en apoyo a los movimientos obreros. Es un buen ejemplo de esta perspectiva la novela El sueño del minero, del lider sindical Manuel Llaneza.

Una última visión utiliza la mina como marco, como contexto en el que se mueven unos personajes, sin posicionarse sobre las bondades o perjuicios que aporta a la sociedad. La mina es parte inseparable de la historia, pero la mirada que se posa sobre ella se proyecta desde diversos ángulos. Un buen ejemplo es El Mocho, la última novela de José Donoso.

Capitalismo y Plutón

Benigno Delmiro dice que el carbón ha sido un modelo industrial y una forma de entender el mundo, que generó a los trabajadores más revolucionarios y que mejor vieron la perversión del capitalismo, quizá porque fueron ellos a quienes más explotó este modelo económico y social. Por otra parte, ha favorecido la proyección del mito de Plutón (o su equivalente griego Hades), el dios del subsuelo y de los muertos, con su componente simbólico cargado de misterio y de horror.

El caso es que la mina sigue proyectando fascinación, ya sea desde un punto de vista positivo, negativo o meramente simbólico. Benigno Delmiro está convencido de que la literatura minera volverá a resurgir una vez que todos los pozos se cierren de forma definitiva. La nostalgia de un mundo que, con sus luces y sombras, condicionó la mirada de miles de personas habrá de tener su reflejo en los libros futuros. Cabe esperar que la mejor literatura minera esté aún por venir.

 




 
El universo literario de la mina
La Nueva España, 21 de diciembre de 2003

El catedrático Benigno Delmiro Coto acaba de presentar su último trabajo, en el que analiza dos siglos de literatura y carbón, desde Julio Verne a Ken Follet

Pola de Lena, José A. Ordóñez

Benigno Delmiro Coto ha estudiado a fondo la literatura minera, con sus mitos y arquetipos, desde el último tercio del siglo XIX hasta la actualidad, y tanto en el ámbito regional, como en el nacional o el internacional. El resultado de este profundo y concienzudo análisis ha sido plasmado en el libro "Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX", un completo volumen que, al menos, deja bien a las claras que resulta prácticamente imposible dar con otro sector laboral que haya sido trasladado al papel con mayor intensidad y carga emocional.

La Casa de la Cultura de Pola de Lena acogió esta semana la presentación del libro, que ha sido editado por la Fundación Juan Muñiz Zapico, ligada al sindicato Comisiones Obreras (CC OO) de Asturias. El acto contó con la presencia de Herminia González, secretaria de la mujer de CC OO; Efrén Pontón San José, secretario general del sindicato en la comarca del Caudal; Benjamín Gutiérrez Huerta, director de la Fundación Juan Muñiz Zapico, y Hugo Morán, alcalde socialista de Lena.

Como quiera que la presentación se desarrolló en Lena, los intervinientes centraron buena parte de sus intervenciones en analizar la figura y la obra del escritor local Manuel Pilares.

Benigno Delmiro Coto nació en El Entrego y mamó el ambiente minero desde niño, no en vano es hijo de un minero del emblemático pozo María Luisa. Actualmente, es catedrático de Lengua y Literatura en el Instituto de Educación Secundaria (IES) Rosario Acuña de Gijón.

El estudio de Delmiro Coto sobre la literatura minera se abre con una selección de autores europeos del siglo XIX y XX, entre ellos Emil Zola, Julio Verne o George Orwell, junto al peruano César Vallejo y al chileno Baldomero Lillo, con el objetivo de comparar sus obras con las de sus coetáneos españoles.

Rechazo o compasión

A partir de ahí, ya en el segundo capítulo, el autor esboza los temas que conforman todo el universo literario ligado a la mina, así como los diversos puntos de vista con los que los autores se acercan al asunto, bien con una actitud negativa hacia los mineros, bien mostrando compasión ante ellos.

A continuación, Delmiro Coto se centra en las obras más estrictamente mineras, algunas de ellas situadas entre las más representativas de la literatura de su tiempo. Es el caso de "El metal de los muertos", de Concha Espina, o "Daniel", de Joaquín Dicenta. Además, también se incluye una referencia a la obra "El sueño del minero", del histórico sindicalista fundador del SOMA, Manuel Llaneza.

Uno de los aspectos más llamativos del completo estudio de Benigno Delmiro Coto es el que analiza los testimonios literarios relativos a la Revolución de Octubre, tanto desde un punto de vista izquierdista (Alfonso Camín), como derechista (Gil Nuño del Robledal), o pretendidamente neutral (Aurelio de Llano). En este campo, destaca, además, la pieza teatral colectiva "Rebelión en Asturias", en la que tanto colaboró Albert Camús, que da cuenta del impacto internacional de los sucesos.

El volumen se cierra con el análisis de las obras de autores españoles de la posguerra y con una selección internacional que incluye, por ejemplo, al autor de títulos superventas Ken Follet.

La mina y los mineros han protagonizado páginas y páginas de literatura social, casi siempre cargada de ideología y de arquetipos, sean heroicos o negativos. Ahora, Benigno Delmiro Coto estudia una tradición literaria que ocupa ya dos siglos y que posee un enorme peso sobre la memoria histórica de esta región.

 




 
"La mejor novela minera está por escribir"
La Nueva España, 28 de diciembre de 2003

"El cierre de las explotaciones y el final de una época, de todo un siglo de historia de Asturias, alimentarán la nostalgia y de ahí nacerán grandes creaciones literarias"

Mieres del Camino, José A. Ordóñez


Benigno Delmiro Coto
Benigno Delmiro Coto es el autor del libro "Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX", editado recientemente por la Fundación Juan Muñiz Zapico, de Comisiones Obreras (CC OO), y Editorial Trea, y que cuenta entre sus patrocinadores con el Ayuntamiento de Lena, en cuya Casa de Cultura fue presentada la obra hace una semana. El volumen hace un completo recorrido por la literatura minera escrita en los últimos 115 años tanto en España como en otros países. Aunque el autor destaca y recomienda varios libros, se muestra convencido de que la gran obra minera "aún está por escribir" y de que vendrá de la mano de "la nostalgia" producida por un mundo que se acaba con la crisis y el cierre de las explotaciones.

Benigno Delmiro Coto, hijo de un minero del emblemático pozo María Luisa, nació en El Entrego. Afiliado a CC OO y miembro de la Fundación Horacio Fernández Inguanzo, es doctor en Filología Española por la Universidad de Zaragoza y catedrático de Lengua y Literatura en el Instituto de Educación Secundaria (IES) Rosario Acuña, de Gijón. Con "Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX" profundiza y vierte luz en una serie literaria especialmente abonada a los arquetipos y a las visiones sectarias.

-Literatura y mina. ¿Qué se encontrará el lector de su libro?

-Un repaso de 104 obras mineras de todos los géneros literarios, tanto novela y cuento como teatro o poesía, del último siglo y cuarto. Además, en el capítulo inicial y en la mitad del sexto hago referencia a la literatura internacional sobre el tema, con el objetivo fundamental de tratar de compararla con la que se hizo y se hace en España. El resultado de esa comparación es que todas las obras estudiadas se estructuran igual, al menos en cuanto a contenido.

-Un siglo y cuarto de literatura y 108 obras estudiadas. Una labor que le habrá llevado mucho tiempo...

-El material lo estudié, en un primer momento, para la tesis que, dirigida por el catedrático José Carlos Mainer, que prologa el libro, leí en la Universidad de Zaragoza en 1990. Ese material acaba en 1980, por lo que debí profundizar después en las obras posteriores a esa fecha.

-¿En qué género literario se puede englobar a la literatura minera?

-Forma parte de la literatura social, como serie literaria, que en España tiene arraigo ya desde la Edad Media. En el libro recojo y estudio todas las miradas que, a lo largo de los siglos XIX y XX, se proyectaron sobre los mineros. Aquellas que los contemplan como víctimas o como monstruos. Las que los utilizan para el combate revolucionario. También las visiones paternalistas, que se nos ofrecen desde el lado más conservador o desde la Iglesia. En resumen, todo un conjunto de miradas desde diferentes puntos de vista.

-¿Proyectan esas miradas una imagen real de los mineros y del ambiente minero?

-La verdad es que las imágenes son de lo más diverso. Por ejemplo, Armando Palacio Valdés en "La aldea perdida" coloca a los mineros como los peligrosos malvados que acaban con el idílico mundo rural del valle. A este respecto, un capítulo que considero muy interesante en mi libro, desde este punto de vista, es el que está dedicado a la literatura que genera la revolución de octubre de 1934. He tratado de recoger todas las miradas que se concentran en torno a esos acontecimientos. Además, tanto a nivel nacional como internacional.

-¿Qué obras mineras recomendaría?

-La novela minera más completa que existe es "Germinal", de Zola. Una pieza teatral muy interesante es "Teresa", de Clarín, escrita en 1895, preciosa y muy recomendable. En el plano asturiano, destaca "La aldea perdida", del lavianés Armando Palacio Valdés. Del tiempo de posguerra recomendaría "Los hombres crecen bajo tierra", de Carlos María Ydígoras, que, por cierto, está ambientada en el valle de Turón. Otra obra importante es "Letanía de lluvia", de Fulgencio Argüelles, mientras que en poesía me quedo, por ejemplo, con "Baladas para una metamorfosis con solo de avefría", escrita en 1987 por Celso Peyroux, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA. Lo destaco porque es un autor próximo que escribe un poemario de referencias mineras precioso y actual. También en poesía llama la atención "Minero de estrellas", de José María Morón, una gran obra sin lugar a dudas.

-La minería está en crisis. ¿Buenos tiempos para la literatura minera?

-Estoy totalmente convencido de que la mejor obra minera está todavía por venir. De que aún no se ha escrito. La crisis, el cierre de las minas en Asturias, en España y en el conjunto de Europa alimentará el territorio de la nostalgia y de ahí vendrán grandes obras mineras, seguro. A nivel regional, con el adiós a las minas se cierra un siglo de historia de Asturias, pero el tema sigue ahí para que sea utilizado por los escritores.

 




 

Fruto de quince años de investigación, la obra continúa la labor de divulgación emprendida por nuestro sindicato

La Fundación Juan Muñiz Zapico de CC.OO. de Asturias presenta el libro "Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX", de Benigno Delmiro Coto
El Sindicato, enero de 2004

El 4 de diciembre se presentó, en Oviedo, el libro "Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX", de Benigno Delmiro Coto, editado por la Fundación Juan Muñiz Zapico de CC.OO. de Asturias, en colaboración con la Consejería de Cultura, la Junta General del Principado, Cajastur y ayuntamientos asturianos.

En el acto de presentación, que contó con una importante concurrencia (más de 100 asistentes) intervinieron Francisco Prado Alberdi y Benjamín Gutiérrez, presidente y director, respectivamente, de la Fundación Juan Muñiz Zapico; Herminia González, Secretaria de la Mujer y Cultura de CC.OO, de Asturias; y Gregorio Muñoz, en representación de la Obra Social y Cajastur.

Elías García Domínguez, autor de diversos estudios sobre la mina en la literatura y catedrático en el Instituto de El Entrego entre 1964 y 1974. Por último, intervino el autor, Benigno Delmiro Coto, catedrático de literatura en el Instituto Rosario Acuña (Gijón), con orígenes familiares en la cuenca minera (fue discípulo, en el Instituto de El Entrego, de García Domínguez), militante de CC.OO. y doctor, con una tesis que es la que se resume y actualiza en esta obra.

"Literatura y minas" repasa, en 500 páginas, 6 capítulos y muchas ilustraciones, lo que el autor considera "casi un género literario", encajado en la literatura social, que desde el siglo XIX hasta la actualidad se ocupa de los mineros, tanto en España como en el mundo, a través de cuentos, teatro, novelas y canciones populares. Es la primera obra que analiza integralmente esta literatura en nuestro pais.

Esta importantísima aportación bibliográfica inaugura una nueva temática, la de los
estudios literarios,
en las publicaciones
de la fundación.

Las obras con temática minera reseñadas en el libro, son 104, de las que 60 tienen que ver con Asturias, donde se demuestra el protagonismo que nuestra región tuvo en esta actividad que tantas páginas literarias ha generado.

El primer capítulo enmarca la literatura minera en Europa y América, con obras tan paradigmáticas como "Germinal", de Zola, pero donde también están presentes Julio Verne, D. H. Lawrence, Orwell, César Vallejo, Cronin…

Los siguientes capítulos hacen un repaso cronológico a la literatura minera en España, a través de las siguientes etapas: Los albores (siglo XIX); Galdós y Clarín; los mineros convertidos en protagonistas (1907-36): Joaquín Dicenta, Díaz Fernández, Ciges Aparicio…; los mineros y la revolución de octubre de 1934: Albert Camus, Benavides, Aurelio del Llano, Camín…; la tópica minera en el periodo 1939-1985: López Salinas, Manuel Andujar, Cesar Rubín, Martín Vigil, Juan Benet…; y, por ultimo, literatura minera de ultima hora, que llega hasta el año 2000.

En el prólogo, José-Carlos Mainer, que es el director de la tesis doctoral base de esta obra, reflexiona sobre "el final de un mundo" que representa el cierre de las minas; final que nos debe dejar dos memorias vivas: la de la solidaridad y rebeldía que protagonizó en buena parte el movimiento obrero en España, y el mito de la conquista del subsuelo, reino del dios Hades, que contamina "con su dimensión plutoniana" a los mineros.

Según Benigno Delmiro, los temas de la literatura minera son recurrentes y se componen basándose en tópicos que aparecen casi en el origen del género y pasan de unas a otras obras. Así sucede con la relación entre el campo y la mina, que en obras como "La aldea perdida" añora la desaparición de un mundo idílico debido a la industrialización; o con la fijación de personajes estereotipo, como el minero plutónico, la mujer sufridora, el patrón egoísta, el viejo sindicalista "depositario de la conciencia histórica"… Ocurre lo mismo con el trabajo del interior, con su cortejo de: accidentes y enfermedades, o con la pugna ideológica, donde todos los protagonistas (mineros, patronos, iglesia, sindicalistas…) argumentan sus planteamientos. El estallido del conflicto, con asambleas, huelgas, esquiroles, tropas, exilio… culminando, siempre, con el fracaso de todos los contendientes, o la simbolización, que construye dos visiones contrapuestas del personaje- minero (el minero como fiera, propio de visiones conservadoras, o la visión conmiserativa del minero sacrificado, como víctima de un sistema injusto) completan el escenario de las recurrencias y los tópicos.

En las conclusiones, Benigno Delmiro escribe: "En la inspiración, las técnicas y la disposición de los contenidos, la literatura española de temática minera tiene abundantes paralelismos con la europea e hispanoamericana (…) se puede hablar de una literatura minera española con un elenco de autores y obras suficiente, de calidad nada desdeñable, que formaría un género literario que encajaría fácilmente en el conjunto llamado literatura social, de gran tradición histórica en las letras españolas".

Por su parte, José-Carlos Mainer destaca que la obra se imprime a expensas de un sindicato obrero y de una fundación que lleva el nombre de un luchador, Juan Muñiz Zapico, que es parte de la historia más honrosa de Asturias y de España.

Esta importantísima aportación bibliográfica inaugura una nueva temática (la de los estudios literarios) en las publicaciones de la fundación, que hasta el momento ha editado libros sobre historia del movimiento obrero (Huelgas del 62), memorias ("Otones", Mª Luisa Alvarez) y catálogos de exposiciones (La transición en Asturias, Carterismo sociopolítico, Las huelgas del 62).

 




 
Benigno Delmiro: "Quería devolver algo al mundo del que procedía"
El Sindicato, enero de 2004

–¿Por qué este tema, que además convierte a la obra en el primer "estado de la cuestión" sistemático realizado en España?

Procedo de familia minera y el libro está dedicado a mis padres. Mi padre "bajó" al pozo Maria Luisa durante 34 años. Pertenezco a la primera generación, en la cuenca minera asturiana, cuyas expectativas no se limitan a la mina. Cuando hace unos años me planteé este tema para la tesis doctoral estaba influido por el magisterio y los trabajos de García Domínguez, pero, sobre todo, quería devolver algo al mundo del que procedía. Biográfica e ideológicamente es una deuda que pago, para resaltar la presencia y el protagonismo de la mina y de los mineros en la literatura española.

–¿Qué conclusiones has sacado de una investigación de años sobre cientos de obras de temática minera?

Que en la literatura minera son muy importantes las obras por todos conocidas, pero también una constelación de textos menos importantes o de autores de segunda fila, pues sin éstos no existiría el género, ni se entendería la dimensión cultural del fenómeno de la "literatura minera". Que todas las obras tienen un alto valor documental y/o estético, y, sobre todo, una gran tensión ideológica, de lo que queda constancia en momentos como los de 1934. Que, en definitiva, no se puede entender la literatura social española, al servicio de la renovación profunda de las estructuras sociales, sin la temática minera.

–Un capítulo de la obra se dedica a la revolución de 1934.

Fue tal la importancia histórica del acontecimiento que actores y protagonistas de todas las ideologías escribieron de forma casi contemporánea a los acontecimientos, conscientes de su trascendencia mundial. Así "Octubre rojo en Asturias" de José Díaz Fernández, fue uno de los libros más vendidos en 1935, o la "Rebelión en Asturias", texto dramático de Albert Camus, fue redactado en la perspectiva de un internacionalismo solidario. Tampoco hay que olvidar que la imagen que exteriormente se tiene de los asturianos depende, en buena medida, de los textos sobre la vida y las movilizaciones de los mineros.

–En un mundo económicamente globalizado, donde España se está quedando sin mineros ¿Cuál es el futuro de esta literatura?

Soy optimista en cuanto al género: la literatura minera culmina en un sentimiento de nostalgia, y esta nostalgia puede ser el mejor "humus" para la producción futura de literatura. Posiblemente nos queden por leer, en el futuro, las mejores obras de temática minera, que aún no se han redactado.

 




 
La mina na lliteratura
Asturies.com, 5 de febrero de 2004

"Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX" ye la obra del caderalgu de lliteratura Benigno Delmiro Coto que ta acabante d'editar la Fundación Juan Muñiz Zapico cola collaboración d'una riestra d'instituciones asturianes. Esti volume, qu'estudia como la lliteratura espeyó'l fenómenu de la minería, ye una ferramienta mui afechisca pa conocer, dende una perspectiva crítica, les visiones d'escritores d'equí y de fuera sobre una industria que foi'l motor de la economía asturiana a lo llargo de décades y que guañó una imaxe arquetípica d'Asturies.

El volume entama con una referencia al escritor Xulio Verne como autor nel que s'atopa l'aniciu de la lliteratura minera pa metese dempués a estudiar les característiques de la novela minera por definición, el famosu Germinal d'Emile Zola. Esti primer capítulu lleva tamién al autor hasta América del Sur, au se sigue la güelga d'esta lliteratura nel continente americanu. El segundu capítulu fai analís de los tópicos que s'atribuyen al mundu de la mina, dende la visión terrible que tienen Pérez Galdós, Clarín, Palacio Valdés y Pérez de Ayala hasta la comprensiva de Vicente Blasco Ibáñez o del poeta Miguel Hernández.

El tercer episodiu céntrase nel periodu1907-1936, nel que l'autor asitia l'ascensu a la categoría de protagonista del mineru. Esta ye la época en que'l políticu asturianu Isidoro Acevedo escribe "Los topos, la novela de la mina" obra del añu 1.930 que denuncia la miseria del obreru contrastándola colos privilexos del patrón col envís d'esconsoñar la emotividá del llector, mientres que'l cuartu episodiu enraigona dafechu n'Asturies p'analizar l'espeyu lliterariu de la revolucíon d'ochobre, nel que rescampla l'esistencialista francés Albert Camus, que-y dedicó una obra de teatru al 34 asturianu.

El llibru remata faciendo un repasu de les obres lliteraries que recurren a la mina d'una manera o otra, na dómina del franquismu, na qu'alcontramos la obra del uvieín José Luis Martín Vigil, con obres como "Sexta planta" y hasta l'añu 1.985. Darréu d'ello, un capítulu final trata la lliteratura minero d'estos venti años últimos. Los promotores d'esti interesante llibru tan faciendo un ciclu de presentaciones per toa Asturies que llega esti vienres a les 20:00h al Teatru Conde Toreno de Cangas del Narcea.

 




 
Presentado un libro sobre la relación entre la mina y la literatura
La Nueva España, 10 de febrero de 2004

Cangas del Narcea, A. Á.

El auditorio municipal de Cangas del Narcea acogió el pasado viernes la presentación del libro "Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX", obra del catedrático de Literatura Benigno Delmiro Coto. Editado por la Fundación Muñiz Zapico y Ediciones Trea, el volumen está patrocinado por la Obra Social y Cultural de Cajastur, con la colaboración del Ayuntamiento, entre otras instituciones.

El volumen se abre con una referencia al escritor Julio Verne, al que el autor considera precursor de la literatura minera, para adentrarse después en las características de la novela minera por antonomasia, "Germinal", de Émile Zola. En este primer capítulo, el autor también se traslada a Hispanoamérica para rastrear los ecos de esta literatura en el continente americano. En el siguiente capítulo, se reseñan los diversos tópicos atribuidos al mundo de la mina, desde la visión terrible de Galdós, Clarín o Pérez de Ayala hasta la visión comprensiva de Blasco Ibáñez o Miguel Hernández.

El tercero de los capítulos plantea el ascenso de la figura del minero al papel protagonista durante el período 1907-1936, para abordar en el cuarto de los apartados el papel de los mineros en la Revolución del 34. En este capítulo, junto a referencias a varios reportajes, se reseñan los ecos del 34 asturiano en la novela actual y su repercusión en la obra del francés Albert Camus.

 




 
La minería en la literatura
Rebelión - Cultura

18 de febrero de 2004

En el casino de Lieres, marco propicio de resonancias históricas directas con la mina Solvay, el profesor Benigno Delmiro Cotó dictó una lección de sabiduría minera, en referencia al libro de reciente publicación "Literatura Minera en España", que fue su tesis doctoral tras la licenciatura.

Con un torrente de apasionadas palabras Benigno desgranó partes de su estudio, aportando lugares desconocidos de las repercusiones de la vida minera en las páginas literarias de España y de fuera de nuestro país.

Definiendo al Germinal de Zola como la más completa y significativa obra de contenido minero, Benigno actualizó mitos, resabios y estereotipos con que la burguesía, la iglesia tradicional y los poderes trataron el advenimiento de la industrialización de la que los mineros eran precursores directos.

El monstruo devorador con que con frecuencia se simboliza a la mina, la confrontación de ideas novedosas, anarquistas, socialistas, comunistas, las revoluciones y cambios profundos en la sociedad rural o "aldea perdida", fueron descritos ampliamente por escritores disímiles, en obras que han tenido trascendencia peculiar en el tiempo y que han impregnado las visiones actuales que se tienen de las familias mineras.

Benigno reveló, que ante una literatura universal con aspectos comunes en el tema minero, el aporte "original" o genuino de la literatura española tiene que ver con el hecho también peculiar de la revolución del 34, hecha por mineros, protagonizada por mineros de toda España, y triunfante y organizadora de un poder minero de vanguardia durante 15 días en Asturias.

Explicó también que han sido numerosas las mujeres que han escrito sobre la mina (María Teresa León, Dolores Medio, Concha Espina), y que hay algunos líderes sindicales que se han atrevido a introducirse con fortuna en el género, como es el caso de un cuento de Manuel Llaneza o una novela de Isidoro Acevedo.

Repitió Benigno Delmiro que la mejor literatura minera española está por venir, cuando la distancia, el tiempo, permita a los escritores acercarse a la vida minera con el sentimiento más fértil de la literatura, que es la nostalgia.

Un lujo de libro, de trabajo y de explicación, del que ninguna biblioteca asturiana y particularmente de las zonas mineras debiera prescindir.

Está en las librerías, y sino se puede pedir a la Fundación Juan Muñiz Zapico, o en este caso particular a los organizadores de la conferencia, el PCA de Siero, Plaza Les Campes 19, la Pola.

 




 
Jesús Castañón en la literatura minera
Jesus Castañón. Número 13

Valladolid, 21 de febrero de 2004

En el año 2003, Comisiones Obreras de Asturias, la Fundación Juan Muñiz Zapico, CajAstur y la editorial Trea han participado en la edición del libro Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX. Esta obra de Benigno Delmiro Coto cuenta con el prólogo de José Carlos Mainer y fue una tesis doctoral leída en la Universidad de Zaragoza en los años noventa.

El autor repasa el tema minero como la configuración de un género literario que no sólo refleja la industrialización sino que constituye un elemento cultural de primer orden con sus especiales claves de interpretación histórica, artística y cultural. Conforma un estilo de vida contra el afán del poder por borrar los valores de compañerismo, conciencia de clase y lucha reivindicativa.

Benigno Delmiro promueve la defensa de una cultura crítica y democrática a lo largo de estas páginas, que se organizan en seis capítulos: la literatura minera española e hispanoamericana, los albores de tópicos sobre mineros, el papel protagonista de los mineros entre 1907 y 1936, el reflejo literario de la revolución de octubre de 1934, el uso tópico de la vida minera entre 1939 y 1985 y la producción de última hora entre 1985 y 2000.

Realiza un recorrido por todos los géneros literarios y obras a que ha dado lugar la minería en sus diferentes tipos.

Dentro de este marco comenta dos obras de Jesús Castañón: la novela El tercer relevo y el poemario Romances de grisú.

Considera a la novela como un libro-crónica que lleva a cabo una recreación original del entorno minero con sus aspectos de emigraciones, enfermedad, dolor y contraposición entre el campo y la mina. Y destaca en esta obra su tendencia al impresionismo en la descripción de ambientes y situaciones así como su estilo ágil y periodístico.

En el caso del poemario llama la atención de Benigno Delmiro el dinamismo, los colores negro y rojo, la vibración y el desarrollo de todos los elementos del mundo minero en acción hacia un fatal destino: la omnipresente muerte. Analiza las situaciones, oficios y personajes como un inmenso cuadro de accidentes, explosiones, inundaciones, entierros, enfermedades y tragedias. Destaca la agilidad de estilo, su ritmo y su expresión concentrada de intensas emociones para cerrar con una larga cita de Fernando Lázaro Carreter en el prólogo a la tercera edición del libro, en el volumen Tres Trilogías.

En resumen, el inmenso trabajo de Benigno Delmiro Coto está lleno de galerías y sobreguías para quienes se aproximan a las recreaciones literarias de la mina. Para quienes lo han vivido esta obra apasionada también lleva dinamita en sus venas. Sin duda, Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX es una obra de referencia y de necesaria consulta.

 




 
La literatura de la mina
La Nueva España, 31 de julio de 2005

José Ignacio Gracía Noriega

Pese a haber sido Asturias la región que desarrolló más ampliamente el mito literario del minero, se echaba en falta un buen libro sobre la presencia de la mina y del minero en la literatura: vacío que pretende llenar (y llena en buena parte) el libro «Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX», de Benigno Delmiro Coto, publicado por Trea y la Fundación Juan Muñiz Zapico en 2003. Hasta el momento, lo más citado sobre la literatura de la mina era el artículo «La mina en la literatura», del profesor Elías García Martínez, harto insuficiente, aunque petulante. Bien es cierto que la mina tuvo en Asturias mayor potencia económica, social y política que literaria. Numerosos escritores asturianos ni se acercaron (literariamente hablando, por supuesto) a la mina; otros, como Palacio Valdés o Víctor Alperi, lo hicieron por proceder de zonas mineras, aunque no del medio minero. Y si bien los tres novelistas asturianos más reconocidos se ocuparon de la mina con mayor o menor intensidad, lo hicieron muy desde fuera, y en algunos casos con animosidad evidente contra lo que pudiera significar la mina y el minero: así, en las novelas «La aldea perdida» y «Santa Rogelia», de Palacio Valdés, en las que falta poco para que al minero se le pinte con rabo y cuernos (Plutón, se llama muy significativamente uno de los mineros concebidos por don Armando), o en el cuento «La prueba», de Ramón Pérez de Ayala, en el que el joven minero es presentado como un bruto y un inconsciente. Otra es la actitud de «Clarín» en «Teresa», aunque desenfocada. Probablemente habrá que darle la razón a Jesús Evaristo Casariego cuando se quejaba, en el prólogo a «El capitán Cadavedo», de Arnao y Bernal, de que la novela española de la segunda mitad del siglo XIX reparaba más en historias de adulterios y de mesa camilla de pensión madrileña que en lo que sucedía alrededor (entre otras cosas, la industrialización y el movimiento obrero que surgía con fuerza). Palacio Valdés se dio cuenta pronto de los peligros del industrialismo, pero sólo acertó a oponerle la nostalgia de un mundo patriarcal e idílico, inexistente en su época, si es que existió alguna vez.

Otros autores posteriores escribieron sobre la mina con mayor conocimiento y con más humildad. Porque «Marianela», de Benito Pérez Galdós, desarrollada en un paisaje muy parecido al de Asturias, es una novela que contiene algunas páginas emocionantes, aunque en general es simplona. Entre los autores más recientes que escribieron sobre la mina me parecen muy destacables Jesús Castañón y Manuel Pilares (un autor que merece ser recuperado, tanto en su faceta de poeta como en la de excelente cuentista), la sobriedad y contención de «La paga», de Mauro Muñiz; «Flores para los muertos», de Víctor Alperi, y «Mientras llueve en la tierra», de José M. Jove, una hermosa novela, inexplicablemente olvidada. La mina también fue asunto que se prestó al oportunismo político y literario; no vamos a citar nombres.

Un acierto de Benigno Delmiro Coto ha sido no limitar el material de su libro a Asturias. Por ello, no podía faltar la referencia a «Germinal», de Zola («difícilmente superable»), y a «Las Indias negras», de Julio Verne. Y es muy acertado recordar «Sub terra», de Baldomero Lillo, un vigoroso narrador chileno. Nada puedo decir de las novelas mineras (ni de cualquiera otra de sus novelas) de D. H. Lawrence, porque siempre me resultó un predicador laico insufrible. A Richard Llewellyn se le encasqueta el calificativo de «conservador», lo que si bien a mí me parece postura muy honorable, para otros significa repudio y condenación. No he leído «Qué verde era mi valle», pero su adaptación cinematográfica por John Ford ha dado como resultado la más hermosa película sobre minas jamás realizada. En el film encontramos la nostalgia por el mundo antiguo perdido, expresada con mayor eficacia que en «La aldea perdida», y el personaje de Donald Crisp, que echa de casa a uno de sus hijos por secundar una huelga, no es un «esquirol», sino un patriarca campesino a quien los nuevos tiempos han cambiado de medio. Trabaja bajo la tierra como en su juventud trabajó sobre ella. Es extraño que en este libro no se tenga en cuenta «Victoria», de Joseph Conrad.

«Literatura y minas», de Coto, es el trabajo más completo aparecido hasta ahora sobre la literatura de la mina. Se trata de una monografía muy completa, que lo convierte en obra de consulta inexcusable. No todo lo que se escribió sobre la mina es bueno (hay mucho panfleto, y cosas peores), pero aquí consta la mayor parte de ello, para conocimiento de interesados.