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Diario de una abuela brigadista en Iraq   
» Presentación del diario de una brigadista en Iraq
18 de marzo de 2004, La Voz de Asturias
» El color ocre, J. Bielsa (otros escritos: Al otro lado del río Gambia)

 
Diario de una abuela brigadista en Iraq
Presentación del libro de Teresa Tuñón Álvarez,
Diario de una abuela brigadista en Iraq

Salón de actos del Antiguo Instituto Jovellanos de Gijón
17 de marzo de 2004

Discurso de la autora

Buenas tardes a todos.

Manifestar, lo primero, gratitud a todos los presentes, sabiendo que alguno habrá hecho algún sacrificio para estar presente en este momento.

Sirva este libro como homenaje a las madres iraquíes, a las supervivientes de esta masacre sin fin, a las que perdieron sus hijos, sus viviendaqs, sus familiares, su trabajo. A las que son víctimas del terrorismo desencadenado por Bush, Blair y Aznar, a las que mataron mientras hacían la compra en el mercado, cocinaban en su casa o simplemente caminaban por la calle.

Los horrores de Madrid los vivimos los brigadistas durante las tres semanas que pasamos en Bagdad bajo las bombas. Las mismas atrocidades de las que fuimos testigos y que los iraquíes nos pedían que contásemos al mundo.

Los ataques de los invasores eran premeditados, con el objetivo de causar el mayor número posible de víctimas civiles, ataques efectuados, muchos de ellos de manera reiterada, en barrios pobres, densamente poblados, provocando el terror entre los habitantes.

Es evidente que la violencia engendra siempre más violencia. El apoyo y la colaboración de Aznar en la invasión de Iraq, el envio y la permanencia de tropas y espías en ese país trajo la consecuencia del reciente atentado en Madrid, de la muerte, mutilación y dolor de personas inocentes, tan inocentes como los iraquíes, los afganos, los palestinos y todos los pueblos que igualmente sufren el terrorismo de estado, propiciado por gobiernos imperialistas, camuflado en uniformes.

La relación de víctimas que los brigadistas fuimos documentando durante los bombardeos, en las visitas que realizábamos a los hospitales así como a lugares atacados y destruidos, fue presentada por la Asociación Libre de Abogados, acusando a Aznar de crímenes de guerra. A últimos de enero el Tribunal Supremo notifica que archiva la querella, considerando que el apoyo político y logístico que supuso un acto ilegal de agresión, contrario al Derecho Internacional y Humanitario, no comporta responsabilidad penal.

El mismo informe fue presentado en Londres y, recientemente solicitado por un grupo de juristas internacionales para tramitarlo ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya.

Igualmente la pasada semana, ante ese mismo Tribunal y firmado por casi catorce mil personas, se presentó una denuncia contra Aznar, como criminal de guerra.

De todas formas, la inmensa mayoría de los ciudadanos del mundo, ya ha condenado al Trío de las Azores. La Historia, no lo dudeis, pondrá, junto a sus nombres, el calificativo de asesinos.

Curiosamente, este diario, lo comencé en septiembre de 2001. En una libreta en blanco, unos días después de la caída de las Torres Gemelas, anoté mis reflexiones acerca del atentado. Al viajar a Iraq, metí el cuaderno en la mochila y allí, cada día, resumía en unas frases lo vivido.

No soy persona dada a manifestar mis sentimientos. Los escribo. Lo hago casi todos los días. Contar al papel lo que no cuentas a nadie, lo que nadie, ni siquiera uno mismo, quiere oír, tranquiliza casi siempre.

Es difícil encontrar la palabra, la expresión justa en cada momento para expresar el horror, la impotencia, la rabia que iban aumentando a cada instante. Está escrito con el corazón y el sentimiento. No pretende, de ninguna manera, ser un trabajo literario.

Al ir a Iraq y permanecer allí, sólo hice lo que cualquiera de vosotros hubiera realizado de haber podido y que no os fue posible por las circunstancias familiares y personales de cada uno .

Allí, en Iraq, sentíamos vuestra presencia, reflejada en las manifestaciones y concentraciones llevadas a cabo en Asturias, en todo el territorio del estado español y en todo el mundo. Nosotros, los brigadistas, éramos vuestra representación y transmitíamos a los iraquíes vuestro sentir y solidaridad.

Doy las gracias a CC.OO., especialmente a Herminia, a Rubén y a Benjamín que, desde el principio, tuvieron la idea, propiciaron y facilitaron que se llevase a cabo la publicación de este diario que espero sirva para que no se olvide la invasión de un pueblo inocente, que su único delito fue tener petróleo y estar situado en un lugar geoestratégico para los intereses del imperialismo.

Gracias a todos.