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26 de junio de 2006 - Bolpress.com
Víctor Montoya en la Semana Negra de Gijón
12 de julio de 2006 - asturnews.com
La lliteratura minera garra puxu na Selmana Negra de Xixón
13 de julio de 2006 - La Nueva España
Cuentos de las minas de Bolivia
16 de julio de 2006 - Quemarropa
Literatura y minas: Crónica del Espacio A Quemarropa
18 de julio de 2006 - La Nueva España
Literatura y mina, de Bolivia a Vega de Rengos
25 de julio de 2006 - Bolpress.com
Literatura y minas: Víctor Montoya en Asturias
septiembre de 2006 - ASTURIAS Minerometalúrgica
El escritor boliviano Víctor Montoya presenta 'Cuentos de la mina'
octubre de 2006 - El Sindicato
La Fundación Juan Muñiz Zapico colabora en "Cuentos de la mina" y convoca el III concurso de microrrelatos
El autor boliviano, residente en Suecia, es uno de los invitados a la XIX edición de la Semana Negra, que se celebrará del 7 al 16 de julio en la ciudad de Gijón (España). El prestigioso evento, que desde 1988 reúne a los escritores más consagrados de "Novela Negra", este año estará centrado en el tema de la Guerra Civil Española, al cumplirse 70 años, y en la revolución de 1934 en Asturias.
Los principales promotores de Víctor Montoya, la Fundación Juan Muñiz Zapico y la Federación Minero Siderúrgica de Comisiones Obreras, le han programado, al margen de las actividades concernientes a la a la Semana Negra, una serie de conferencias en diferentes ayuntamientos y visitas a las minas de carbón, donde leerá su obra y hablará sobre aspectos relacionados a la literatura y la actualidad política de su país de origen.
Víctor Montoya, con la intervención de los escritores Alejandro M. Gallo, Benigno Delmiro Coto y el líder sindical Francisco Prado Alberdi, presentará el viernes 14 de julio la edición española de sus "Cuentos de la mina", que la editorial asturiana Ediciones Norte publicará exclusivamente para la ocasión, como el primer volumen de una colección dedicada a los autores que cultivan el género del cuento minero tanto dentro como fuera de España.
Los organizadores, dirigidos por el escritor español-mexicano Paco Ignacio Taibo II, autor de novelas policíacas y de la biografía más completa de Ernesto Che Guevara, decidieron dedicar una parte de esta feria cultural a la literatura del mundo minero, considerado de interés general en una población que durante mucho tiempo se ha dedicado a la explotación de la siderurgia y los yacimientos de carbón.
El narrador boliviano, a tiempo de agradecer la invitación, manifestó que la literatura minera refleja, casi siempre, una realidad más cruel y espeluznante que las descritas en las novelas negras, donde el asesinato y la pesquisa policial del culpable son los móviles que conducen al lector hacia la búsqueda de la verdad y revelación de los principales motivos del crimen.
Redacción
Esti sábadu, día 15 de xunetu a les cinco la tarde, l'Espaciu AQ (Carpa A Quemarropa) va acoyer una charra presentada por Alejandro M. Gallo, autor de la obra 'Una mina llamada Infierno', na que van participar Francisco Prado Alberdi, presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico, el catedráticu de lliteratura Benigno Delmiro Coto, autor de 'Literatura y minas en la España de los siglos XIX y XX' y l'escritor bolivianu Victor Montoya, autor de la maraviosa obra 'Cuentos de la mina'.
Victor Montoya que visita Asturies per primer vez, ta consideráu en Suecia como ún de los meyores narradores sudamericanos asina como un renovador de la moderna lliteratura boliviana. Montoya reside en Suecia desque Amnistía Internacional lu reclamare como 'presu de conciencia', sacándolu del so cautiveriu na dictadura boliviana.
El escritor boliviano Víctor Montoya, de familia minera, visitó ayer las instalaciones del pozo María Luisa acompañado de miembros de la Fundación Muñiz Zapico
Langreo, Aitana Castaño
Víctor Montoya, ayer, en La Felguera, tras su visita al pozo María Luisa de Ciaño. |
Montoya, exiliado desde hace más de veinte años en Suecia, participará el próximo sábado en una mesa redonda sobre «Literatura y minas» en la «Semana negra» de Gijón. El autor sudamericano bajó «a las profundidades» de la mina langreana acompañado por el profesor de literatura y escritor Benigno Delmiro Coto, y por representantes de la Fundación Juan Muñiz Zapico y del sindicato Comisiones Obreras.
«Puede cambiar el color de las cosas, pero los olores, las actitudes, las formas de expresión de las gentes vinculadas con la minería son, prácticamente, las mismas en todo el mundo», sentencia Montoya, que añade una, quizá la principal diferencia entre los grupos de uno y otro lado: «Acá, en Asturias, la gente está más influenciada por el racionalismo kantiano o el materialismo marxista que en Bolivia, donde estos movimientos, a pesar de que han calado, no tienen tanta importancia como el indefinismo ancestral», apunta el escritor.
Los parecidos que Montoya achaca a la gente minera tienen que ver con la lucha por los derechos de los obreros. El autor afirma que «la rebelión de los sindicalistas bolivianos de la actualidad, que apoyan el Gobierno de Evo Morales, es, en cierto modo, lo mismo que la Revolución de 1934 en Asturias: la resistencia al capitalismo». Pero Montoya también habla de las similitudes personales y asegura que «los mineros son seres duales» y explica que «en el interior se desatan de las ataduras, de los miedos del exterior y trabajan; mientras que en el exterior disfrutan, hablan de amor, de fútbol, de sus sueños, de sus esperanzas...». Y de las similitudes de carácter: «En Bolivia, cuando los mineros se cruzan en los cambios de turno se dicen cosas impresionantes, impregnadas de humor corrosivo muy peculiar».
Miguel Barrero
Entre el público, conocidos líderes políticos y sindicales y un buen número de curiosos procedentes del mismo corazón de la cuenca minera.
¿Conclusiones? Que la minera es una literatura de presente y de futuro y que, aunque sea un subgénero de minorías, es muy probable que en un futuro próximo aglutine las preferencias de la mayoría de los lectores.
El escritor boliviano Víctor Montoya visitó la explotación de Carbonar
Cangas del Narcea, Alejandro Álvarez
El autor, que acudió a Asturias con motivo de la celebración de la «Semana negra» de Gijón, donde presentó el pasado sábado su último libro «Cuentos de minas», prologado por el profesor Benigno Delmiro Coto, aprovechó para acercarse a la explotación antracitera canguesa de Carbonar, situada cerca de Vega de Rengos. Acompañado por José Manuel Martínez, concejal de Urbanismo de Cangas del Narcea, por Víctor Picallo, director de la Fundación Horacio Fernández Inguanzo, y por Rosa Conde, responsable regional de Juventud de IU, así como por un facultativos del yacimiento, el escritor boliviano, especialista en literatura minera, se adentró en la explotación y recorrió sus galerías, una a una, tomando buena nota de los sistemas de explotación y la disposición de los planos y las capas de mineral del yacimiento cangués.
El escritor boliviano Víctor Montoya residente en Suecia desde 1977, quien participó en la Semana Negra en Gijón, debatió sobre la importancia de la literatura minera junto a escritores y líderes del movimiento sindical asturiano, haciendo hincapié en el rescate de la memoria histórica y la tradición oral.
Su pasó por la ciudad de Gijón, Oviedo y cuencas mineras fue destacado por radios, periódicos y tres canales de televisión. El autor de "Cuentos de la mina" manifestó que su primera sensación fue la de haber retornado al seno del cual proviene, porque nunca dejó de considerarse hijo de entrañas mineras ni escritor comprometido con las luchas sociales. Señaló también que la gran literatura minera está recién por escribirse tanto en Bolivia como en España. Motivado por sus contactos e impresiones, concibió ya el proyecto de elaborar una antología de cuentos mineros boliviano-asturianos, que formará parte de la colección Las Voces de la Tierra, impulsada por Baristo Lorenzo, responsable de la Editora del Norte.
En palabras de Miguel Barrero, redactor del periódico A Quemarropa, que se distribuye diariamente durante la Semana Negra, "la mesa redonda sobre ‘Literatura y minas' consiguió llenar el aforo a una hora en la que no son nada comunes las aglomeraciones de público. Moderaba Alejandro Gallo, jefe de la Policía Local, y debatían Benigno Delmiro Coto, Francisco Prado Alberdi y Víctor Montoya, escritor boliviano que en 'Cuentos de la mina' ha recopilado buena parte de las historias que en el país sudamericano tienen como protagonistas o narradores a los trabajadores del estaño. Entre el público estaban conocidos líderes políticos y sindicales, y un buen número de curiosos procedentes del mismo corazón de la cuenca minera".
Según el artículo del periodista Alejandro Álvarez, "el escritor boliviano Víctor Montoya visitó la explotación de Carbonar, en Cangas del Narcea, invitado por la Fundación Horacio Fernández Inguanzo e Izquierda Unida. El autor, que acudió a Asturias con motivo de la celebración de la Semana Negra de Gijón, donde presentó su libro ‘Cuentos de minas', prologado por el profesor Benigno Delmiro Coto, aprovechó para acercarse a la explotación antracitera canguesa de Carbonar, situada cerca de Vega de Rengos. Acompañado por José Manuel Martínez, concejal de Urbanismo de Cangas del Narcea, por Víctor Picallo, director de la Fundación Horacio Fernández Inguanzo, y por Rosa Conde, responsable regional de Juventud de IU, así como por un facultativo del yacimiento. El escritor boliviano, especialista en literatura minera, se adentró en la explotación y recorrió sus galerías, una a una, tomando buena nota de los sistemas de explotación y la disposición de los planos y las capas de mineral del yacimiento cangués".
Por otro lado, la visita de Montoya a las instalaciones del emblemático pozo María Luisa, ubicado en la Cuenca del Nalón, fue registrada por Aitana Castaño en el periódico La Nueva España, junto a una entrevista concedida por el autor. La periodista escribe: "En la oscuridad de las galerías del pozo María Luisa, el escritor boliviano Víctor Montoya encontró que eran muchas más las similitudes entre los mineros de uno y otro lado del Atlántico que sus diferencias. Este autor, criado en una familia vinculada a la extracción de estaño y torturado por sus actividades políticas en los años setenta, sabe bien de lo que habla y mejor de lo que escribe: es el autor de 'Cuentos de la mina', obra editada en Asturias por Ediciones del Norte (...) El autor sudamericano bajó ‘a las profundidades' de la mina langreana acompañado por el profesor de literatura y escritor Benigno Delmiro Coto, y por representantes de la Fundación Juan Muñiz Zapico y del sindicato Comisiones Obreras (...) ‘Puede cambiar el color de las cosas, pero los olores, las actitudes, las formas de expresión de las gentes vinculadas con la minería son, prácticamente, las mismas en todo el mundo', sentencia Montoya, que añade una, quizá la principal diferencia entre los grupos de uno y otro lado: ‘Acá, en Asturias, la gente está más influenciada por el racionalismo kantiano o el materialismo marxista que en Bolivia, donde estos movimientos, a pesar de que han calado, no tienen tanta importancia como las creencias ancestrales', apunta el escritor (...) Los parecidos que Montoya achaca a la gente minera tienen que ver con la lucha por los derechos de los obreros. El autor afirma que ‘la rebelión de los sindicalistas bolivianos de la actualidad, que apoyan al gobierno de Evo Morales, es, en cierto modo, lo mismo que la Revolución de 1934 en Asturias: la resistencia al capitalismo'. Pero Montoya también habla de las similitudes personales y asegura que ‘los mineros son seres duales' y explica que ‘en el interior se desatan de las ataduras, de los miedos del exterior y trabajan; mientras que en el exterior disfrutan, hablan de amor, de fútbol, de sus sueños, de sus esperanzas...'. Y de las similitudes de carácter: ‘En Bolivia, cuando los mineros se cruzan en los cambios de turno se dicen cosas impresionantes, impregnadas de humor corrosivo muy peculiar".
Prado Alberdi manifestó que la reedición de 'Cuentos de la mina' se decidió porque todos los años la fundación que preside convoca un concurso de microrrelatos mineros con el que se "pretende recuperar la memoria de la cultura minera que estuvo tan viva en nuestra región". "Nos encontramos en cada edición una avalancha de autores iberoamericanos, muchos bolivianos", añadió, "y nos sorprendió que la temática minera y los valores de solidaridad son muy parecidos a los de aquí. Esa universalidad de los valores de la mina fue lo que nos llevó a traer a Víctor Montoya y a reeditar su libro."
Víctor Montoya, que nació en La Paz en 1958, también participó durante su estancia en Asturias en una charla-coloquio sobre ‘Literatura y minas’ en la Semana Negra de Gijón y visitó el pozo María Luisa de HUNOSA, acompañado de representantes de la FM de CC.OO. de Asturias y de la Fundación Juan Muñiz Zapico. En su opinión, la minería asturiana y la boliviana admiten similitudes, ya que "la realidad minera
Para Montoya, cuya infancia transcurrió en las minas de estaño de Siglo XX y Llallagua donde conoció el sufrimiento humano y compartió las luchas de los trabajadores mineros, este colectivo "conoce las luchas de reivindicación, ya que han mantenido derrotas y victorias, pero además de ese compromiso político y social que los convierte en clase para sí y en clase en sí, y que los lleva a constituirse en partidos políticos y en sindicatos obreros, viven de una realidad tan parecida como todos nosotros, los seres humanos, porque también tienen sueños, tienen esperanzas, pesadillas y es esta parte, la humana, la mágica, de esta realidad minera, la que yo he querido destacar en estos cuentos de la mina".
Considerado como uno de los principales impulsores de la moderna literatura boliviana, manifiesta que 'Cuentos de la mina' está basado en "mitos, leyendas y cuentos de los que yo escuché ya hablar en los círculos familiares. Mi padre, mi abuelo han sido mineros, todos mis parientes han sido mineros, de modo que los olores de la pólvora, de la dinamita, llegaron hasta mi casa en las propias ropas y en el propio aliento de mi padre". Por tanto, "es natural que cuando decido convertirme en escritor, que lo hago sobre todo por compromiso más que por una pose intelectual, empiezo a considerarme más que un escritor, un modulador de voces anónimas. Escribo por aquellos que no pudieron escribir porque los mineros bolivianos al ser de ascendencia indígena, son en su gran mayoría analfabetos, y nunca pudieron escribir ellos mismos su propia historia".
Autor de cuentos, novelas, ensayos y crónicas periodísticas, "me propuse escribir para que esas historias no se perdieran junto con la minería, que seguramente un día va a desaparecer", asegura.
En su opinión, la literatura boliviana vive actualmente "una especie de enclaustramiento, exactamente como el mismo país, que sufre un encierro no solo geopolítico sino también un enclaustramiento cultural porque aparentemente esta cultura minera, de ascendencia indígena, que ha sido oprimida por más de 500 años por el mundo occidental, se ha mantenido, de alguna manera, soterrada, escondida exactamente como los mineros en una especie de un interior de la mina pero conservando sus atributos fundamentales culturales, ancestrales que nos van a llevar a reflejarlos en sus cuentos, en sus mitos, y ahí es donde surge ese ser demoníaco que se llama Tío".
Este personaje que podría identificarse con el 'trasgu' asturiano es "una mezcla, de mestizaje, de sincretismo religioso, entre lo pagano que viene de las culturas ancestrales y el mundo religioso. Para los mineros es Dios y demonio al mismo tiempo, es no solo protector de las familias mineras y de los propios mineros en el sistema laboral sino, y además un demonio que puede ser muy drástico en el castigo a los mineros que no le rinden culto". A este personaje que está en una galería principal de la mina, "los mineros le rinden pleitesía llevándole botellas de aguardiente, hojas de coca, encendiéndole un cigarrillo en la boca, que siempre la tiene abierta, es una especie de monumento hecha de greda con piedras mineralizadas", manifiesta el escritor boliviano.
Para los mineros bolivianos, "probablemente a diferencia de los mineros del mundo entero, este personaje juega un papel importante no solo en su vida sino porque en él se deposita la esperanza de toda la familia minera. Ese sincretismo cultural entre la religión católica y el paganismo ancestral de estas culturas indígenas de Bolivia han hecho que ese mundo mágico y mítico constituya esa literatura tan importante como puede haber sido la literatura colombiana con García Márquez o la mexicana con Juan Rulfo, pero es una literatura que está por escribir todavía".
Lo que escribe "no son historias de fantasmas ni cuentos inventados a la deriva sino la expresión del sentimiento, de la forma de vida y de pensamiento de un pueblo y de una clase social determinada como es el proletariado minero", manifiesta Víctor Montoya.
La Fundación Juan Muñiz Zapico de CC.OO. de Asturias desarrolló a lo largo del pasado verano toda una serie de actividades en relación con la literatura minera. Dentro del trabajo de nuestra Fundación, podemos destacar los esfuerzos por recuperar la memoria histórica a través de la figura de Manuel Nevado Madrid y del conjunto de la sociedad minera, como ejemplo de lucha de la clase obrera.
De este modo, se colaboró en la coedición del libro "Cuentos de la mina", del escritor boliviano, exilado en Suecia, Víctor Montoya, quien visitó Asturias en un viaje organizado por la propia Fundación Juan Muñiz Zapico y la Federación Minerometalúrgica de CC.OO. de Asturias. Víctor Montoya se acercó a nuestra realidad minera bajando al Pozo María Luisa y contactando con entidades culturales y diversos medios de comunicación, en un intercambio de experiencias entre la minería de estaño boliviana y nuestras minas de carbón, encontrando los puntos comunes de solidaridad y lucha que hermanan a la sociedad minera por encima de fronteras y distancias. Precisamente su obra "Cuentos de la mina" profundiza y recoge la mitología de las explotaciones bolivianas, ligadas a las tradicionales leyendas andinas y que tienen como figura central al Tío, deidad diabólica que habita el interior de los pozos, temido y reverenciado por los mineros.
En el mes de septiembre se continuó con la presentación y lectura de los ganadores y finalistas de la II edición del concurso de microrelatos mineros "Manuel Nevado Madrid", y la participación en la publicación de una selección de fotos sobre la militancia política y sindical de Manuel Nevado. El acto se realizó el 7 de septiembre en el Edificio Cidan de Pola de Laviana, sirviendo también de presentación del III concurso de microrelatos, cuyas bases pueden consultarse en nuestra pagina web www.fundacionjuanmunizzapico.org, y cuyo plazo de recepción de originales finaliza el 21 de octubre.