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La actividad se enmarca dentro del proyecto "El movimiento obrero asturiano bajo la represión franquista", subvencionado por el Ministerio de la Presidencia para la recuperación de la memoria histórica. Como se hizo en su día con las huelgas de 1962, este ambicioso proyecto de investigación busca sintetizar la historia del movimiento obrero asturiano desde la caída del frente del Norte, en octubre de 1937, hasta las elecciones generales de junio de 1977.
Esta iniciativa de la Fundación cuenta con la coordinación académica del historiador y profesor de la Universidad de Oviedo Rubén Vega García. El seminario celebrado en Gijón contó con la participación de Xavier Doménech, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona; Abdón Mateos, catedrático de la UNED; Javier Tébar, director del Archivo Histórico de CCOO de Cataluña; José Babiano, director del Área de Archivo Histórico de CCOO e Historia del Trabajo; y los investigadores José Antonio Pérez, de la Universidad del País Vasco, y Sergio Gálvez, de la Universidad Complutense de Madrid, entre otros.
Durante la jornada se analizó el papel de los archivos históricos de CCOO en el ámbito de la investigación de este periodo. Los debates se centraron especialmente en la historia de la cultura del trabajo y en los procesos de construcción de la memoria, así como la actualidad de la investigación histórica sobre el movimiento obrero, los estudios parciales o locales del mismo y las monografías. La transmisión de la cultura obrera y sindical previa a la derrota de la Guerra Civil y el análisis de la represión y la evolución de la violencia a lo largo de toda la dictadura y hasta los años 80, fueron igualmente objeto de reflexión. Durante la jornada también se proyectó el documental "Ocharcoaga", realizado en 1961 en una barriada bilbaína y que fue ocultado por el franquismo.
«El movimiento obrero en Asturias tuvo una potencia y una tradición enormes en comparación con otras regiones»
I. Villar, Gijón
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Javier Tébar, durante su participación en el encuentro sobre el movimiento obrero en la Laboral. [Foto: J. Pañeda] |
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-¿Cuál es el objetivo de este tipo de encuentros?
-Se trata de debatir en torno a los trabajos realizados sobre el movimiento obrero, su influencia en la sociedad, las relaciones laborales... Discutimos sobre conceptos, marcos interpretativos y utilización de las fuentes para proporcionar un marco general de interpretación de lo que representó este movimiento durante la dictadura franquista.
-¿Hasta qué punto es necesaria esta puesta en común entre investigadores?
-La historia trata de conocer una verdad científica, no una verdad revelada, y en todo caso es siempre una verdad provisional, que necesita contrastarse, revisarse y debatirse permanentemente. No hay una interpretación histórica que permanezca y aguante durante cien, sesenta o cincuenta años.
-¿Cuáles son las principales dificultades que se encuentran para estudiar este periodo de la historia?
-Hay una evidente, que es el hecho de que España es el único país europeo que no cuenta con una ley que regule el acceso a los archivos. Hay muchas disposiciones y normas, pero no una ley de regulación. Además, estamos condicionados también porque en lo que respecta al periodo de la dictadura tienen que pasar 50 años para poder consultar los documentos , y en caso de aparecer información de una persona deben transcurrir 25 desde la certificación de su muerte. Podemos eternizarnos.
Analizar versiones
-¿Cuesta desenterrar la historia real escondida bajo la oficial?
-Sí. Permanentemente, todo el mundo trata de dar su relato, su revisión o su lectura del pasado, muchas veces en función de intereses legítimos, pero otros por motivos poco confesables.
-¿Cuál es el episodio más desconocido de la historia del movimiento obrero durante el franquismo?
-Tal vez conocer cómo se configuró una clase trabajadora en un periodo de modernización económica del país, entre comillas. El gran salto que se produjo a través del desarrollismo de las políticas franquistas, asumidas no por voluntad propia, sino por la presión exterior de los aliados, en un contexto de guerra fría. Las dificultades son fundamentalmente ver cuáles eran las condiciones de vida y de trabajo de esa época y las actuaciones o actitudes políticas y sociales de la gran mayoría de la población, que eran trabajadores.
Los 'indignados' y su efecto
-¿Qué características particulares distinguen al movimiento obrero asturiano?
-Tuvo una potencia y una tradición enorme en comparación con otras regiones. Había comunidades obreras como los mineros, los trabajadores de los astilleros o los de la siderurgia con unas identidades muy fuertes y unas culturas del trabajo propias. Lo que no quiere decir que no tuvieran conexión con las condiciones de vida y de trabajo de los obreros del resto de España. La región y el movimiento obrero quedaron marcados tanto por la industrialización como por la posterior desindustrialización.
-¿Cómo debe analizarse el papel que jugaron las huelgas en esta historia del movimiento obrero?
-Su impacto debe medirse no sólo por el número de participantes, sino por los efectos posteriores que tuvieron. Algo similar a lo que ocurre hoy con los 'indignados'. Se habla de ellos en función de cuántos hay en las plazas, pero parece que se quiere ignorar que esto producirá procesos de compromiso y de militancia en mucha gente que nunca antes participó en la acción colectiva.
-¿Qué figuras destacaría del movimiento obrero asturiano?
-La del propio Juan Muñiz Zapico, que fue una figura de gran relieve, y, entre las generaciones más jóvenes, Francisco Prado Alberdi o Gerardo Iglesias, por mencionar sólo alguno.