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Entrevista a Manuel García Valle, el Gallegu, en el programa "La buena tarde" de la Radio del Principado de Asturias (RPA)
La vida de Manuel García Valle comienza en una aldea gallega, a los 21 años llegó a Langreo en un tren y se convirtió en «José el Gallegu», un minero autodidacta y un luchador inquebrantable que ha visto plasmada su vida en un libro , el 1º de la colección de historias de vida, resultado de la colaboración entre la Fundación Juan Muñiz Zapico y el Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias.
El título del libro «A mí hay que matarme de frente. Manuel García Valle, José el Gallegu, minero comunista». Un título que no deja indiferente...
El libro biográfico de José el Gallego fue presentado el pasado enero por la Fundación Juan Muñiz Zapico.
Con esta publicación se pone en marcha una nueva colección de historias de vida, resultado de la colaboración entre la Fundación Juan Muñiz Zapico y el Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias. Esta primera publicación nos cuenta la biografía de Manuel García Valle. Es la memoria de la Galicia rural del pasado siglo, la de la inmigración y el trabajo en aquellos oscuros años. La historia de un minero comunista en Asturias, la lucha antifranquista, de su militancia en el PCE y en las primeras Comisiones Obreras. La de José el Gallegu, un autodidacta y un luchador inquebrantable
Fue un superviviente, minero y líder obrero toda su vida. Manuel nació en unas condiciones socioeconómicas sin oportunidades y con superación llegó más allá de lo que nadie hubiese pensado. Soportó infinitas torturas e incluso un simulacro de fusilamiento.
En 1950 llegó a Asturias desde Galicia. Entró de ramplero (ayudante minero) y hoy en día a pesar de tener el tercer grado de silicosis sigue defendiendo los derechos de los trabajadores que tanto costó a personas como él conseguir.
Respetado por sus compañeros, con un solo gesto sabían interpretar lo que quería transmitir, ya que era una persona que tenía el consenso de todos. A pesar de provenir del mundo rural, pasó de ser un luchador solitario a ser un líder en la minería asturiana.
Personas como Manuel son un ejemplo de la torpeza del régimen franquista.
La Fundación Juan Muñiz Zapico presenta la biografía de «José el Gallegu», un líder sindical y político que luchó por los obreros
Mieres del Camino, C. M. Basteiro
Un minero comunista al que hay que matar de frente. Así describen a Manuel García Valle, «José el Gallegu», los que le conocen. Su vida ha servido para inspirar la biografía «José el Gallegu, a mí hay que matarme de frente». Se trata de la primera obra que abre un nuevo ciclo en la colección de historias de vida, que presentan la Fundación Juan Muñiz Zapico y el Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias. El libro se ha presentado en Mieres, «por ser uno de los pocos concejos que cuenta con concejalía de Memoria Histórica».
El acto de presentación contó con la presencia del director de la Fundación Juan Muñiz Zapico de CC OO de Asturias, Benjamín Gutiérrez. Estuvo acompañado por el autor de la obra, el historiador Jorge Muñiz, el protagonista de la historia, «José el Gallegu», y el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez.
La vida de Manuel García Valle, según Jorge Muñiz, llama la atención «porque es un personaje con múltiples personalidades». La obra empieza con un Manuel niño, criado en una aldea gallega, y continúa con un joven que se busca la vida como puede, en distintos oficios y que finalmente, a los 21 años, llegó a Langreo en un tren y se convirtió en «José el Gallegu».
«A mi hay que matarme de frente». Es el epígrafe de su biografía y una de las frases que más utiliza Manuel García Valle. «Aún recuerdo a los que me quisieron matar por detrás. Ellos, ahora, son los que están muertos y yo sigo aquí aguantando», explica.
Después de poco tiempo en Asturias, «José el Gallegu» pasó a ser uno de los cabecillas de la revuelta minera. Conocido como un líder político y sindical, militante del Partido Comunista y de las primeras Comisiones Obreras.
«Pocos hombres podían, como él, encontrar apoyos para la movilización tan solo con un gesto», explicó Jorge Muñiz. Suena extraño porque, antes de hacerse minero en Asturias, «no sabía nada de la mina, llegó directo desde una aldea gallega y terminó convirtiéndose en un líder».
El Alcalde también tuvo palabras de alabanza para el protagonista de la biografía y destacó que «estamos en un país que ha tenido cuarenta años de dictadura, en la que personas como José el Gallegu se jugaron la vida luchando por la libertad».
De hecho, aún tiene «nítidos recuerdos» de las huelgas mineras del 62, de las asambleas de trabajadores y de la represión. También tiene grabadas en su mente todas las veces que fueron a buscarlo a casa y lo llevaron al cuartel y no ha olvidado ni uno de los nombres de los que, según cuenta en su biografía, intentaron pararle. No pudieron con él.
A sus ochenta y tres años, continúa fabricando gaitas, una afición que pocos le atribuyen pero que le ha acompañado durante buena parte de su vida. De hecho, empezó a aficionarse de niño con la flauta que tocaba por los pueblos de Galicia para ganarse alguna moneda y continuó mas tarde como gaitero.
Dice que no tiene miedo «ni de los vivos ni de los muertos» y que aprendió a no dejarse pisar. Tan solo le pesa que la lucha minera, desde su punto de vista, no ha tenido toda la repercusión ni el agradecimiento que le corresponde. Asegura, además, que la receta para salir de la crisis «es que los jóvenes también luchen, que no se den por vencidos».
Como preludio al 50 aniversario de las huelgas del 62, en Mieres, "uno de los pocos municipios de España y el único de Asturias que tiene concejalía de Memoria Histórica", tal como destacó Benjamín Gutiérrez Huerta, director de la Fundación Juan Muñiz Zapico de CCOO de Asturias, durante la presentación de la biografía de Manuel García Valle, José el Gallegu, minero comunista, bajo el título "A mí hay que matarme de frente"
Como preludio al 50 aniversario de las huelgas del 62, en Mieres, "uno de los pocos municipios de España y el único de Asturias que tiene concejalía de Memoria Histórica", tal como destacó Benjamín Gutiérrez Huerta, director de la Fundación Juan Muñiz Zapico de CCOO de Asturias, durante la presentación de la biografía de Manuel García Valle, José el Gallegu, minero comunista, bajo el título "A mí hay que matarme de frente". Acto seguido, Aníbal Vázquez, alcalde de Mieres, resaltó que "estamos en un país que ha tenido cuarenta años de dictadura, en la que personas como José el Gallegu se jugaron la vida luchando por la libertad".
En palabras de Jorge Muñiz, historiador y autor del libro, "el biografiado tiene múltiples personalidades: uno es Manuel García Valle, otro José el Gallegu, otro el minero y, por su puesto, el comunista y dirigente obrero". Jorge Muñiz resaltó que "tras una infancia difícil, emigró y trabajó en la mina, donde por su profesionalidad, prestigio y compromiso, José el Gallegu se convirtió en líder sindical". Así, se puede afirmar que "anticipó el nacimiento de la lucha de CCOO". Además, "Manuel García Valle es uno de los padres verdaderos de la Transición, ya que gente como él fueron los que imposibilitaron la continuidad del régimen tras la muerte del dictador".
Durante su intervención, Manuel García Valle relató que "los que querían acabar con mi vida están muertos y yo sigo aquí".
La Casa de Cultura de Mieres acogió la presentación de la biografía del minero comunista Manuel García Valle, «José el gallegu». La obra, titulada «A mí hay que matarme de frente», está escrita por Jorge Muñiz y editada por KRK, la Fundación Juan Muñiz Zapico y el Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias. A la presentación acudieron tanto García Valle como Muñiz.
Gijón, J. C. Galán
A Manuel García Valle no dejan de saludarle vecinos en su barrio de El Llano. Desde que se publicara su biografía, A mi hay que matarme de frente , escrita por Jorge Muñiz bajo los auspicios de la Fundación Juan Muñiz Zapico, José el gallego se pasea como una estrella del rock. La obra resucita a uno de los grandes líderes mineros de los 50 y 60 que había pasado al ostracismo. A sus 83 años, Valle ve ahora recompensados sus sufrimientos en los cuarteles de las fuerzas franquistas y su sacrificio por la dignidad del trabajador. Su biografía es la historia de un hombre que conoció en la mina el sentido del comunismo.
Se jubiló en 1983, ¿qué ha sido de usted durante estos 29 años? Pues he seguido militando en el partido, viviendo a caballo entre Gijón y Galicia y fabricando gaitas, mi gran pasión.
¿Las toca? Claro que las toco. De pequeño tocaba la flauta por los pueblos de Galicia. Ponía el sombrero y así me ganaba la vida.
¿Por qué se hizo usted comunista? Más que hacerme, me hicieron. Fue en 1957, con 28 años. Ya trabajaba en la mina y los del partido vieron que era muy activista, muy valiente, que no tenía miedo ni de los vivos ni de los muertos. Un día fui a protestar al sindicato vertical porque no nos pagaban el salario y me dijeron "nosotros ganamos la guerra". Aquello me indignó tanto que me dediqué a la lucha obrera.
¿Qué es ser comunista? Creer firmemente que todos somos iguales ante la ley y que no se admite la explotación del hombre por el hombre. Es la lucha contra el capitalismo.
¿Creen que han perdido esa lucha? No sé cómo saldremos de ésta. Yo nací en 1929, cuando el Crash, pero ésta es peor.
¿Qué haría usted hoy para luchar contra la crisis? Si no se moviliza a la juventud, no hay nada que hacer. Lo que pasa es que a los chavales les ha estropeado el sistema y no reaccionan. Los sindicatos deben ponerse al frente de la situación.
Gijón, D. Figaredo
«Eran las 4 de la mañana y me dijeron: 'Vamos a tomar el fresco'. Después de la paliza los guardias todavía me querían meter miedo y me pusieron mirando a un muro. Dispararon al aire para que les dijera dónde estaban los instigadores de la huelga, pero no se lo dije. Me di la vuelta y les encaré: 'A mí hay que matarme de frente', les solté. 'No vales ni una bala', respondieron».
Esta es tan solo una minúscula parte de la historia de Manuel García Valle, también conocido como 'José el Gallegu', un minero comunista que desde 1957 hasta 1971 pasó todos los años alguna temporada en la cárcel por reclamar derechos para los trabajadores y la mejora de sus condiciones de vida. La historia de un emigrante, venido de Galicia con 21 años para ganarse la vida «en lo que pudiera». En los 60, Asturias vivía su esplendor industrial y minero, mientras gran parte de los trabajadores «malvivían» en poco más que chabolas.
Ayer se presentó en el Antiguo Instituto el primer libro que narra una de las historias de vida del Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias -'A mí hay que matarme de frente'- que resume los años de lucha y reivindicación del minero Manuel García Valle, «uno de los verdaderos artífices de la Transición, por sus reivindicaciones laborales, representante de todos aquellos que sufrieron arrestos, simulacros de fusilamiento, palizas... Quienes dieron todo para que el régimen no continuara», explicó el autor de la obra, el historiador Jorge Muñiz.
El propio García Valle trasladó la situación que vivió durante años a los tiempos actuales de zozobra económica: «Espero que no vuelva a suceder, no quisiera que la juventud pasara por las peripecias que yo he vivido».
La Fundación Juan Muñiz Zapico inicia una colección para recuperar a los protagonistas de la lucha antifranquista
Oviedo, Javier G. Caso
Aprovechar los fondos documentales del Archivo de Fuentes Sonoras para la Historia Social de Asturias. Y dar a conocer la trayectoria vital y política de unos hombres y mujeres que lucharon por la democracia en las últimas décadas de la dictadura franquista y que, sin embargo, nunca han visto reconocido su compromiso por la libertad.
Ese es el propósito fundamental de la colección Historias de Vida que acaban de poner en marcha la Fundación Juan Muñiz Zapico y el Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias. Su primer título será A mí hay que matarme de frente. Manuel García Valle, José el gallegu, minero comunista , una obra escrita por el historiador Jorge Muñiz Sánchez. Tras una primera presentación en Langreo, a donde Manuel García llegó con 21 años para "buscarse la vida" en la mina, el libro se presentará hoy jueves, a partir de las 19 horas en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón. El acto se repetirá en Mieres el próximo martes.
"Estos testimonios constituyen la historia viva de Asturias y lo que queremos es que salgan a la sociedad, que no se queden en el ámbito académico", señaló ayer Benjamín Gutiérrez, director de la Fundación Juan Muñiz Zapico. Asegura no que no es causal que la colección arranque con la biografía de José el gallegu .
"Este año se cumplen cincuenta años de la huelga del 62 y quisimos empezar con una biografía del ámbito minero. Además por aquel entonces José estaba en la cárcel tras ser detenido por la policía franquista", señala Gutiérrrez tras reivindicar la figura de personas apenas conocidas, como es el caso de Manuel García Valle, y a los que Asturias les debe el homenaje que se merecen.
"Estas personas, los que llevaban los palos en cuarteles como el de Sama, fueron las que hicieron la transición, no los que entonces estaban pisando moqueta", advierte el historiador Jorge Muñiz, autor de la biografía. Asegura que la colección que ahora inicia la Fundación Juan Muñiz Zapico también es una forma de recuperar la memoria histórica, un asunto que en su opinión va más allá y "no es solo levantar fosas comunes".
En ese punto insiste el director de la fundación Juan Muñiz Zapico, vinculada a Comisiones Obreras de Asturias. "La memoria histórica ya no se va a parar. Ya no son los hijos, ahora son los nietos quienes quieren saber", afirma Benjamín Gutiérrez. "Queremos acercar a la sociedad actual lo que fue la etapa final de la dictadura a través de entrevistas que contribuyeron a la llegada de la democracia y que participaron, por ejemplo, en las huelgas de los años 50 y 60".
El problema es que estos episodios locales que, tal y como destaca Jorge Muñiz, "tuvieron trascendencia mundial", aquí casi han caído en el olvido. Sus protagonistas "nunca recibieron un reconocimiento institucional a la altura de lo que hicieron", explica Benjamín Gutiérrez. "Las huelgas del 62 se conocieron en todo el mundo. He visto periódicos del Norte de Francia donde aparecían cuestaciones para los mineros asturianos", indica el historiador Jorge Muñiz, quien pese a lo sucedido en Asturias, opone lo acaecido en otros países. "En 1941 los mineros franceses hicieron huelga en contra de la ocupación nazi y fueron objeto de homenaje".
Una persona intachable Y entre esas personas que se enfrentaron a la dictadura franquista está el biografiado, Manuel García Valle. Su perfil, según explica en la presentación del libro el historiador Rubén Vega, responsable del Archivo de Fuentes Orales para la Historia Social de Asturias, "responde al de aquellos luchadores que dejaron jirones de su piel en pos de libertades de todos y a quienes la democracia nunca ha reconocido como sus principales artífices".
Manuel no era comunista a su llegada a Asturias. "Era el régimen el que los incitaba a la militancia política", explica Jorge Muñiz. "Era una persona intachable tanto dentro como fuera de su trabajo y conseguía parar un pozo solo por su prestigio profesional".
En 1957 Manuel García Valle, que trabajaba en la mina Modesta en Sama, se presentó a las elecciones al sindicato vertical y sale elegido. Era la táctica del entrismo según explica Jorge Muñiz. "Manuel representa a esa generación de personas que gira desde la lucha armada al entrismo y que tratan de dinamitar el régimen desde dentro".
Ese mismo años, y ya como enlace sindical, José el gallegu sufre su primera detención por participar en la huelga del Guaje . Al año siguiente hay un nuevo paro y otra detención. "La llamaron la huelga de hombros porque cuando nos preguntaban a los mineros por qué la hacíamos, simplemente nos encogíamos de hombros".
Manuel tiene frescos todos esos recuerdos. Como el episodio que da título al libro. Fue el 22 de octubre de 1963. Manuel es detenido tras otra huelga. En el cuartel de Sama es golpeado por el capitán Caro Leiva. Pregunta por Horacio Fernández Inguanzo, el paisano . Tras las torturas, lo sacan a la calle de madrugada y lo ponen frente a un muro de espaldas. Pero Manuel se gira. "A mí hay que matarme de frente, no por la espalda", le espetó sin miedo el gallegu , uno de los fundadores de Comisiones Obreras.
El Museo de la Siderurgia de Langreo acogió el jueves por la tarde la presentación del libro «A mí hay que matarme de frente. Manuel García Valle, José el Gallegu, minero comunista», editado por la Fundación Juan Muñiz Zapico. En el acto hablaron, entre otros, el protagonista del libro, Manuel García, y su biógrafo, Jorge Muñiz. En la imagen, la presentación.