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Benjamín Gutiérrez Huerta, Director de la Fundación Juan Muñiz Zapico
El 25 aniversario el pasado año, de la Marcha de Hierro, volvió a poner de actualidad dicha movilización a través de un acto organizado por la Federación de Industria de CCOO de Asturias. Reconocimiento sindical que se realizó el 27 de Octubre de 2017 en el salón de actos del Palacio de Camposagrado de Avilés. No solo fue un homenaje al uso o encuentro de participantes si no que se convirtió en toda una puesta en valor. Por que este tipo de movilizaciones que son hitos de la lucha obrera de nuestro país no suelen volver a la actualidad y se quedan en el olvido. Como mucho en los libros de Historia en el mejor caso y en el recuerdo de sus protagonistas y organizaciones. Huelgonas, encierros, manifestaciones… Movilizaciones que fruto de la realidad del momento, la historia relega muchas veces al olvido. Unas veces por la falta de capacidad de una izquierda para reivindicar su historia y normalmente por el lógico interés del sistema económico y cultural por obviarla.
Por que la Historia del Movimiento Obrero puede servir de ejemplo y formación a las generaciones venideras y es en si misma germinal.
Por lo que poner en su lugar histórico y mediático, que se merece una movilización como esta y reivindicarla 25 años después es algo más importante de que lo que parece
Por todo ello que una organización sindical, pegada al tajo del día a día sea capaz de poner en la centralidad de su discurso una movilización como esta.
Demuestra una visión global del papel del movimiento obrero en la construcción de nuestra realidad presente. Por que la industria asturiana que hoy conocemos y la comarca de Avilés en particular, seria otra sin la Marcha de Hierro y el movimiento sindical. De una Asturias negra y verde, a una metalúrgica. Siempre en defensa del empleo y por lo tanto del futuro de las empresas como bien común frente al interés especulativo o reconversor. Que hubiese llevado con el tiempo al cierre de la industria siderúrgica.
Una historia que debería explicarse en los centros educativos para que los que crecen en nuestro presenten sepa de cómo se construyo y de donde venimos.
De las acciones, derrotas, triunfos y negociaciones, de los aciertos y errores que han dado forma a nuestra realidad económica y por tanto social.
Y también recuperar el traslado del la memoria oral, de los protagonistas en la sociedad y en las familias como parte fundamental de una conciencia actualmente diluida.
La Marcha de Hierro fue parte de una larga serie de huelgas y manifestaciones en defensa del sector siderúrgico a comienzos de la década de los noventa del cercano siglo pasado. Las protestas y reivindicaciones por el mantenimiento de la siderurgia se prolongaron durante años. De una situación donde de las tres cabeceras siderúrgicas españolas. Entre Sagunto, Bilbao y Asturias solo podía quedar una o incluso con el tiempo ninguna. Movilización constante de Ensidesa y empresas Auxiliares luchando por un futuro frente al proyecto del gobierno del PSOE. Un plan de reconversión industrial. El llamado Plan de Competitividad del Gobierno de Felipe González, que planteaba la supresión de más de 6.000 empleos en todo el país La marcha en si fue una vía de escape de la tensión que no freno los enfrentamientos que a diario se producían. Fue una decisión para trasladar la movilización a Madrid y llamar la atención del conjunto del estado. Fue una marcha organizada por los sindicatos de la antigua Ensidesa y de Altos Hornos de Vizcaya, desde la diferencia de una unidad sindical.
El 9 de octubre de 1992, desde Oviedo, comienza la movilización de la Marcha de Hierro. Fueron 18 días de marcha y 500 kilómetros, de solidaridad de los pueblos de España que se unieron y recibieron a los marchantes como si de su propia lucha fuese en muchos casos. En llegada a Madrid, el 26 de octubre, fueron recibidos por decenas de miles de manifestantes. Fue la primera marcha de este tipo realizada desde Asturias, siguiendo el ejemplo de la Marcha Negra de los trabajadores de la Minero Siderúrgica de Ponferrada de ese mismo año. Después habría más y seguirá habiendo como modelo de movilización.
Con el aniversario también se recuperó la exposición fotográfica de Ángel Fernández Alderete y Vicente Juidia. Dos protagonistas de la marcha que captaron los momentos de la misma como parte y no meros retratistas. Captando los momentos, las imágenes de la entrega y el sacrificio del día a día de la movilización. Exposición que a lo largo de 2018 sigue su periplo por Asturias reflejando el interés de las fotografías. Que han sido depositadas en el Archivo Histórico de Asturias como patrimonio de todos y todas las asturianas. Muestra que ha sido el instrumento perfecto para acercar la determinación en la lucha por un futuro para el sector siderúrgico al presente. Por que las décadas pasan y las realidades son cambiantes pero la lucha existe siempre entre el que defiende su futuro contra el que lo quiere mermar. Entre las políticas que fomentan el desmantelamiento industrial y la defensa de un sector industrial con futuro real y sostenible. Por que en Asturias sigua habiendo siderurgia, no es un regalo es una conquista y si no se defiende se perderá. Por eso el futuro de Asturias pasa por su industria. En un mundo globalizado y descentralizado donde la realidad obliga a nuevos esfuerzos organizativos y acciones, de la misma forma que siempre, con movilización y negociación.
El Ateneo de La Calzada acoge una exposición sobre 'La marcha de hierro. Octubre, 1992', que se inaugura este lunes, 6 de agosto, a las 19.30 horas con la presencia de protagonistas de la movilización.
La muestra, organizada por la Fundación Juan Muñiz Zapico, cuenta con fotografías de Ángel Fernández Alderete y Vicente Juidia y podrá visitarse hasta el 30 de agosto en la Sala Exposiciones del Ateneo, según indican desde la entidad en nota de prensa.
Ángel Fernández Alderete y Vicente Juidia son dos de los protagonistas de la marcha que, en octubre de 1992, partió de Oviedo camino de Madrid reuniendo a siderúrgicos asturianos y vascos, de las empresas entonces denominadas Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya, para tratar de defender la continuidad de la industria siderúrgica en ambas comunidades.
Dolfo Camilo Díaz
José Ramón Laso Castaño, exsecretariu de la Siderurxa de CCOO n'Asturies y Francisco Prado Alberdi, Presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico, como dicía'l gran Celso Amieva, tienen los güeyos de la edá. Y non por vieyos, fundamentalmente polo vivido, polo sentío. Los dos en xunto, recuerden, ente más otro, lo vivío y lo sentío hai ya más de venticinco años na Marcha de Fierro, aquella acción revindicativa, aquella acción en defensa d'una Comarca, que marcó un enantes y un depues na llucha sindical d'esti país.
Los dos falen dende la humildá... La humildá de los que tienen callos nes manes. Laso, que vien de la Cuenca, enllena de matices sardónicos, ácedos, les sos alcordances. Diz algo que Prado apoya y que fai que tolos presentes na so esposición mos arrespinguemos cómplices: a fines de los 80, naquel asurdu xiru neoliberal d'un PSOE enfotáu en facer el trabayu puercu de la derechona, los popes socialistes nun facíen más que negativizar nel so discursu lo público pa xustificar cierres o ventes al priváu. Y esa negativización pasaba por desatender lo público pa enllenar de razones les sos torcíes intenciones.
N'un inevitable saltu nel tiempu Laso y Prado denuncien esa mesma voluntá manipuladora na permanente minusvaloración, negativización, quagora fai'l PP pa desmantelar una Educación o una Sanidá públiques de calidá. Agora paez que'l PSOE torna a onde nunca tendría quhaber dexao de tar, a la defensa del estáu del bienestar... Perol peligru sigue tando ehí: el progresivu desmontaxe desos dos fundamentales pegoyos del nuestru estáu, de la nuestra sociedá, siguen tando amenazadores. Laso y predo llévennos coles sos palagres, coles sos vivencies a un tiempu enllenu de grises onde tovía palabres como 'compromisu', 'solidaridá' tienen un sentíu qu'agora, con esti decretáu «sálvese'l que puea» (y si ye pagándote planes privaos de pensiones, meyor), paecen tamién ponese en dulda.
La Esposición que ta moviendo la Fundación Juan Muñiz Zapico sobre 'La marcha de Fierro', que'agora pue vese nel Club Cultural de Llaranes, ye un intensu llamáu a la nuestra conciencia, a la nuestra memoria colectiva. A la dignidá. Laso y Prado falen aposentao, acuérdense emocionaos d'aquellos compañeros y compañeres de CCOO, UXT, USO, y sobremanera d'aquellos miles y miles de ciudadanos, que ficieron posible'l milagru. Prado y Laso miren pa detrás ensin ira, ensin melancolía, sí col orgullu d'haber tao onde se tenía que tar. Y sí cola lucidez de facer lo imposible por deprender del pasáu... pa nun repetir errores nel presente.
El Club Popular de Cultura Llaranes y la Fundación Juan Muñiz Zapico organizan la exposición 'La Marcha de Hierro', que hasta el 28 de febrero se puede visitar, de manera gratuita, en el Centro Sociocultural de Llaranes. La muestra consta de un centenar de fotografías en blanco y negro tomadas durante el recorrido hacia Madrid por Ángel Fernández Alderete y Vicente Juidia, dos de los participantes en el movimiento.
La muestra fotográfica sobre la Marcha de Hierro de octubre del 1992, que los últimos días ha estado expuesta en la sala de arte del Centro Sociocultural de Las Vegas, se clausuró ayer por la tarde. En el acto de despedida de ayer participaron José Ramón Laso Castaño, exsecretario Siderurgia de CCOO Industria y Francisco Prado Alberdi, presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico, que organiza la muestra. Ambos recordaron el movimiento que fotografiaron Ángel Fernández Alderete y Vicente Juidia, autores de la exposición y dos de los protagonistas del viaje a Madrid.
La exposición inaugurada ayer en el centro sociocultural de Las Vegas conmemora los veinticinco años de la movilización
Las Vegas, M. Bernardo
En una época en la que Ensidesa daba trabajo a la mayoría de la población del concejo, los corveranos no podían quedar impasibles ante una movilización como la que se produjo en octubre de 1992, la "marcha de hierro", que defendía la continuidad del sector siderúrgico tras años de reestructuración. "Si hoy sigue existiendo la fábrica creo que es en gran parte por aquella marcha", sentencia Juan Manuel González, ahora presidente de la asociación de vecinos de Las Vegas, y por aquel entonces uno de los 250 trabajadores que caminaron a Madrid desde Asturias para luchar por su empleo y el de sus compañeros.
Ayer se pudo ver en una de las fotografías que forman parte de la muestra "La marcha de hierro. Octubre, 1992", que se inauguró en el centro sociocultural de Las Vegas, y que muestra imágenes tomadas por Vicente Juidia y Ángel Fernández, dos de los trabajadores que participaron en la marcha. Al acto tampoco quiso faltar otro corverano, Roberto Suárez. "Yo estuve solo en la última etapa. No fui trabajador de Ensidesa, pero no podía dejarlos tirados, tenía que estar con ellos en ese momento y la llegada a Madrid fue inolvidable, muy emocionante", destaca, de nuevo con un nudo en la garganta. El corverano recalca el apoyo recibido en la capital: "Ver la Castellana llena, no solo con los trabajadores, sino con madrileños apoyando desde las aceras, en las ventanas... fue increíble". Aquel día, 200 autobuses llevaron a compañeros a las puertas de la capital para realizar esos últimos kilómetros. "Se tuvieron que pedir autobuses de fuera de Asturias", recuerda Vicente Juidia.
Juan Manuel González, al entrar en Madrid, llevaba ya dos semanas de camino en sus piernas. "Fue muy duro, lo más duro que viví en mi vida, pero también de lo que más orgulloso me siento. Lloré mucho, en gran parte por la emoción de ver todo el apoyo que teníamos, pero creo que conseguimos algo con ese esfuerzo", sostiene.
La muestra, con entrada gratuita, se puede visitar hasta el 31 de enero, de lunes a viernes, de 10.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas.
Los compañeros y compañeras de CCOO de Industria de Asturias recordamos, el pasado 26 de octubre en un acto celebrado en Avilés, una de las movilizaciones de mayor trascendencia histórica para la siderurgia y para toda Asturias. En octurbre de 1992, 250 trabajadores (93 pertenecientes a CCOO) emprendieron una marcha de 500 kilómetros a pie hasta las puertas del Ministerio de Industria, en Madrid, para luchar por el futuro de la siderurgia. Su sacrificio y sus logros perduran hoy, y son ejemplo de solidaridad y de lucha obrera para las generaciones futuras.
Asturias le debe mucho al coraje y la determinación de aquel grupo de trabajadores de la antigua Ensidesa que, junto con compañeros vascos de los Altos Hornos de Vizcaya, emprendieron una marcha a pie para reivindicar el futuro de la siderurgia integral. La Marcha de Hierro fue más que una movilización, fue una gesta heroica de muchos trabajadores, los que recorrieron a pie la distancia hasta Madrid y los que apoyaron antes y durante todo el trayecto. El mal tiempo, la lluvia y el frío, no sólo no frenaron la marcha, sino que la engrandecieron, haciendo más valioso el sacrificio y la solidaridad de los compañeros.
La reconversión industrial llevaba tiempo poniendo contra las cuerdas a la siderurgia asturiana. Las pérdidas de Ensidesa (la Fabricona, la llamaban entonces), que llegó a cerrar el año 91 con un déficit de más de 25000 millones de pesetas, ponían en serio peligro el futuro de la factoría. De ahí que CCOO, actuando de manera responsable, exigiese un plan de inversiones que sirviese como garantía de futuro. No fue sencillo y, tras numerosas gestiones infructuosas en el plano sindical y político, comenzaron las movilizaciones. Hubo decenas de asambleas, paros, encierros, concentraciones frente a los ayuntamientos, marchas a pie entre Gijón y Avilés... En al año 92 la situación se agrava en el momento en el que se plantea un plan de competitividad que iba a ser dramático para el sector, ya que suponía un hachazo que dejaría la actividad siderúrgica en los mínimos o, en un futuro probable, la llevaría hacia su desmantelamiento total. Tanto la CSI (Corporación Siderúrgica Integral) como el gobierno de Felipe González pusieron de manifiesto su nula intención de priorizar la industria como motor económico y se planteó un expediente para 6000 trabajadores y trabajadoras. La respuesta no se hizo esperar. Las movilizaciones se fueron intensificando a medida que transcurría el año y sumaron el apoyo solidario de los trabajadores y trabajadoras de la industria auxiliar, cuyo futuro iba aparejado al de la siderurgia.
Dado el empecinamiento del gobierno y la imposibilidad de llegar a acuerdos que garantizasen el futuro, CCOO decide finalmente convocar una movilización extraordinaria que superase en tiempo y en espacio el enorme esfuerzo que ya se había hecho hasta el momento: es así como surge la idea de realizar una marcha a pie hasta Madrid para llegar hasta la misma puerta de los despachos del Ministerio de Industria. Así se hizo, sin importar las condiciones. Y en Madrid se oyó la voz unánime de los siderúrgicos.
Quienes vivieron la Marcha en directo tienen las imágenes impresas en la retina y las sensaciones grabadas a fuego. Durante el acto organizado para conmemorar su vigesimoquinto aniversario se recordaron los momentos vividos. Hubo testimonios de quien caminó, de quien hizo de apoyo, incluso de quienes eran demasiado jóvenes aún pero ya forjaban, con el ejemplo que tenían delante, un fuerte espíritu sindical. La Marcha de Hierro no dejó indiferente a nadie, en ningún plano. La sociedad se volcó, en lo político se cambió el eje de las negociaciones y se aseguró el sector para el futuro, y en lo sindical dejó una huella indeleble y estableció un ejemplo a seguir por las generaciones futuras. Queda lo humano: la Marcha de Hierro fue una vivencia de una ntensidad tal que aún hoy emociona a aquellos que la vivieron en primera persona.
En el transcurso del acto tuvo lugar una mesa redonda formada por José Ramón Urbano, jefe de redacción del diario "El Comercio"; José Ramón Laso Castaño, ex-secretario de Siderurgia de la Federación Minerometalúrgica de CCOO; Elías Cueto, responsable de CCOO en Arcelor Avilés en aquel momento; Nicomedes Sánchez Izquierdo, responsable por aquel entonces de la industria auxiliar, e Ignacio Fernández Toxo, ex secretario general de la Confederación Sindical de CCOO.
Los distintos ponentes fueron intercambiando su visión particular de las causas que llevaron a esa movilización, alternando las intervenciones con recuerdos y anécdotas personales de aquellas jornadas y resaltando el valor tanto humano como sindical de todo lo vivido, así como el enorme eco que tuvo en los medios de comunicación.
"A mí la Marcha me marcó para toda la vida. Fue una vivencia de 18 días y aun hoy, 25 años más tarde, la recuerdo", explica José Ramón Laso, que entonces era responsable de Siderurgia. "Aunque defendíamos una sidereurgia para el conjunto del estado nos costó que se entendiese en la calle. Para la sociedad éramos una sangría que acumulaba pérdidas y más valía echar el cierre. Nosotros fuimos los primeros en ver que se trataba de una agresión que iba a terminar afectando a toda la economía".
El periodista José Ramón Urbano, que vivió la Marcha desde la primera línea, compartió que esta fue "una de las mejores historias vividas", y desveló detalles de cómo era la comunicación hace 25 años, cuando un teléfono móvil pesaba tres kilos y medio y era necesario el ingenio y la suerte para lograr enviar las crónicas desde los distintos puntos del camino.
Nicomedes Sánchez Izquierdo analizó el papel de la industria auxiliar en la movilización, en la que participaron en representación siete trabajadores de Avilés y siete de Veriña. "En la reconversión del 92 la industria auxiliar ya estaba organizada y contaba con una coordinadora de la que yo era responsable en aquel momento. Nosotros queríamos estar en la Marcha de Hierro, para apoyar y luchar por tener las mismas coberturas que los trabajadores de la siderurgia, y tengo que decir que CCOO siempre nos valoró, nos apoyó y reconoció el papel de nuestro sector".
Finalmente, Ignacio Fernández Toxo hizo un repaso histórico de las causas que llevaron a la convocatoria de la marcha, encadenando las sucesivas reconversiones industriales: "A principios de los 80 el diseño industrial español tenía una estructura que no estaba preparada para la apertura de fronteras. Era algo que había que abordar y se hizo de la peor de las maneras: enfrentando a unas plantas con otras, a sus trabajadores y a las regiones que las albergaban. Así cerraron los Altos Hornos del Mediterráneo". Una década más tarde España estaba entrando en una crisis, soportando un gran déficit y con unas instalaciones siderúrgicas poco competitivas. "Se quiso facilitar la venta de la empresa, manteniendo la dispersión geográfica pero troceándola en áreas de negocio para que fuese más fácil de vender. Había que hacer caja".
Entre todos los ponentes, más las intervenciones posteriores, se completó un repaso desde múltiples prismas de la que fue una de las movilizaciones más trascendentes de finales del siglo XX en España.
José Manuel Rodríguez secretario general de la Unión Comarcal de Avilés
"De la Marcha de Hierro también formaron parte los compañeros y compañeras de la industria auxiliar, que meses más tarde iniciaron un conflicto que derivó en los Acuerdos de Oviedo. Aquello fue solidaridad con mayúsculas y debe ser recordado en el tiempo: que no se olvide que en el 92 un grupo de trabajadores fue capaz de mantener en vilo a toda una región"
José Manuel Caso Ordoñez secretario general de la Sección Sindical de CCOO en ArcelorMittal Asturias
"Gracias al esfuerzo de todos los que formaron parte de aquella movilización histórica, hoy tenemos una siderurgia integral y la seguiremos teniendo por muchos años más. Los trabajadores y las trabajadoras de ArcelorMittal les deben, a quienes participaron en la Marcha de Hiero, que hoy podamos desempeñar nuetra labor en esta fábrica en unas condiciones laborales suficientemente dignas. Gracias por vuestro compromiso y solidaridad"
Vicente Núñez Carrocera secretario general de CCOO en Daorje-Avilés
"Los trabajadores de las empresas auxiliares debemos estar orgullosos de pertenecer a la familia de los siderúrgicos, como en aquellas movilizaciones de principios de los noventa. Hoy el sector auxiliar va a estar, como siempre, al pie del cañón, defendiendo los puestos de trabajo. no olvidemos el pasado, defendamos el presente, luchemos por el futuro"
José Luis Prieto Espinosa secretario general de CCOO en Daorje-Gijón
"No fueron unas reivindicaciones al uso, sino surgidas de la necesidad de luchar por la supervicencia de un sector clave que arrastraría tras de sí a toda la economía asturiana. La Marcha de Hierro fue la máxima expresión de unidad sindical y consiguió además sensibilizar y comprometer a toda la sociedad"
Agustín Martín secretario general de CCOO de Industria estatal
"Aquellos años se caracterizaron por el compromiso de los trabajadores y trabajadoras, pero también de la ciudadanía, orgullosa de tener una industria en su comarca y que esta industria fuera del metal. Necesitamos recuperar esa pedagogía industrial y entender que de las crisis no se sale exclusivamente con el turismo, sino con la industria, que es lo que genera riqueza, asienta el territorio y crea servicios adyacentes"
Damián Manzano secretario general de CCOO de Industria en Asturias
"Movilizaciones como esta son las que nos hacen reafirmarnos en nuestras convicciones como CCOO de Industria. Son páginas históricas del movimiento obrero y tenemos que reivindicarlo ante la sociedad y ante nuestra propia organización. El camino de la lucha obrera es un esfuerzo que solo se entiende desde lo colectivo, al igual que la Marcha de Hierro"
José Manuel Zapico secretario general de CCOO de Asturias
"Aquella movilización hoy es una referencia, tanto para los jóvenes como para los que tenemos responsabilidades sindicales en múltiples frentes. En aquel momento se hacía un sindicalismo a la ofensiva, un sindicalismo del que queremos aprender. A los trabajadores y trabajadoras nunca nos han regalado nada, todo lo hemos tenido que ganar con implicación y unidad, organizándonos para atajar el paro y la precariedad y por la defensa de nuestros derechos"
Una exposición recuerda los 25 años de la Marcha de Hierro
Avilés, Eva Fanjul
«Nuestro objetivo fundamental era concienciar a la ciudadanía asturiana de que la defensa de la siderurgia era un problema de todos. Fue muy duro pero lo conseguimos». Así explica Francisco Prado Alberdi, presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico de CC OO, cómo se gestó en 1992 la histórica movilización en defensa de la siderurgia.
Alberdi acompañado por la concejala de cultura, Yolanda Alonso, y junto a otros representantes sindicales, participó ayer en la inauguración de la exposición 'La Marcha de Hierro. Octubre de 1992'. Una muestra conmemorativa del vigésimo quinto aniversario de esta histórica protesta que puede visitarse hasta el 10 de diciembre en el Museo de Avilés.
Por su parte, Yolanda Alonso destacó la enorme trascendencia que la Marcha de Hierro tuvo para Avilés. Según dijo, «supone un hito histórico donde CC OO y UGT decidieron emprender una marcha para reivindicar el futuro de la siderurgia, nuestro futuro como territorio. Fueron 18 días intensos, duros que tuvieron importantes consecuencias para nosotros, para nuestro futuro».
La muestra recoge cerca de 90 fotografías de Ángel Fernández Alderete y Vicente Juidia, dos sindicalistas apasionados de la fotografía que combinaron su acción sindical con la recogida de imágenes durante todo el recorrido de quinientos kilómetros entre Oviedo y Madrid.
Entre los dos retrataron las duras condiciones del camino, las lesiones, los emotivos recibimientos que se les ofrecía en los pueblos y ciudades que atravesaban. Para ellos, resulta difícil escoger una de entre los cientos de instantáneas que muestran el esfuerzo y sacrificio de los trabajadores que protagonizaron la marcha. «El mayor recuerdo que tengo es la llegada a Madrid, que fue apoteósica. Había una multitud de gente de Asturias incalculable y, de hecho, se quedaron sin autobuses y tuvieron que pedir refuerzos a Galicia» destaca Alderete.
Para Juidia, uno de los momentos más especiales fue el recibimiento que tuvieron los asturianos en los pueblos mineros leoneses de La Vid y Villasimpliz. «Fueron a recogernos a la carretera y nos llevaron hasta el pueblo donde nos habían preparado a lo largo de la calle mesas llenas de comida. Fue algo maravilloso», recuerda.
Además de las fotografías la muestra incluye libros, pegatinas y un vídeo de la marcha. Como curiosidad, el área de Cultura aporta de sus fondos la documentación original que sirvió para que, en abril de 1993, se designara a una de las calles de nueva construcción como 'calle de la Marcha de Hierro'.
El Museo de la Historia Urbana de Avilés abre una exposición conmemorativa con motivo del 25 aniversario de la movilización
Avilés
El presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico, Francisco Prado Alberdi, ha declarado este miércoles que la llamada Marcha de Hierro, de la que se cumplen 25 años, "fue muy dura", pero también clave para que Asturias cuente hoy con una cabecera siderúrgica integral como la que representa ArcelorMittal. Prado Alberdi, que entonces era el responsable de CC OO en Gijón, ha relatado que, a pesar de la dureza por las condiciones del viaje, también "tuvo un final muy emocionante porque el objetivo era generar conciencia en la ciudadanía y eso se consiguió". "Nos convertimos en noticia de primer orden en todos los medios y concretamente Avilés y Gijón vivían la marcha día a día, hasta culminar en una gran manifestación con decenas de miles de personas", ha comentado.
El exsindicalista ha hecho estas declaraciones en el acto inaugural de la exposición que conmemora el 25 aniversario de esta movilización que se podrá ver hasta el 10 de diciembre en el Museo de la Historia Urbana de Avilés.
La exposición 'La Marcha de Hierro. Octubre, 1992' está compuesta por una recopilación de fotografías realizadas por Ángel Fernández Alderete y Viciente Juidia, dos de los protagonistas de la marcha que hace veinticinco años partió de Oviedo camino de Madrid. Siderúrgicos asturianos y vascos, entonces de Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya, trataban con este acto de defender la continuidad de la industria siderúrgica.
Las fotografías estarán acompañadas de un vídeo con imágenes de la marcha y también con otros elementos como libros o las pegatinas que se elaboraron para la ocasión. Como curiosidad, el Área de Cultura, también aporta de sus fondos la documentación original, que sirvió para que unos meses después, en abril de 1993, se designara a una de las calles de nueva construcción como 'Calle de la Marcha de Hierro'.
La exposición recoge fotos de la protesta que llevó a los siderúrgicos a Madrid en 1992
Avilés, S. F.
El museo de la Historia Urbana de Avilés abre mañana miércoles la exposición "La Marcha de Hierro. Octubre, 1992", un muestra que conmemora el 25.º aniversario de esta protesta a favor del futuro de la industria siderúrgica. La exposición se exhibirá en las salas de exposiciones temporales del museo avilesino hasta el 10 de diciembre.
La muestra recopila fotografías realizadas por Ángel Fernández Alderete y Vicente Juidia, dos de los protagonistas de la marcha que hace veinticinco años partió de Oviedo camino de Madrid. Siderúrgicos asturianos y vascos, entonces de Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya, defendieron la continuidad de la industria siderúrgica.
Las fotografías estarán acompañadas de un vídeo con imágenes de la marcha y también con otros elementos como libros o las pegatinas que se elaboraron para la ocasión. El área de Cultura avilesino también aporta la documentación original que sirvió para que unos meses después, en abril de 1993, se designara a una de las calles de nueva construcción como "Calle de la Marcha de Hierro". El bautizo de la vía contó con el apoyo de todos los partidos y todo tipo de asociaciones.
El Museo de Avilés inaugura mañana una muestra de fotografías de dos de los protagonistas de la protesta | El Ayuntamiento aporta a la exposición los documentos originales que sirvieron para conceder ese nombre a una calle en la ciudad
Avilés, R. A.
Ángel Fernández Alderete y Vicente Juidia son dos de los trabajadores de la siderurgia que, hace ahora 25 años, se colgaron una mochila al hombre y emprendieron un camino hacia Madrid exigiendo la pervivencia de Ensidesa y los Altos Hornos de Vizcaya. En la mochila llevaban una cámara fotográfica, y se encargaron de ir retratando lo que ocurría a su paso desde las ciudades industriales del norte hasta la capital de España. Una selección de ellas se exhibirá desde mañana en el Museo de Historia Urbana de Avilés, en una exposición que se completa con un vídeo, libros y pegatinas de la época.
Además, el área municipal de Cultura aporta de sus fondos la documentación original que sirvió para que, unos meses después, en abril de 1993, se le pusiera a una calle el nombre de 'Marcha de Hierro'. El acuerdo municipal refleja que la decisión de bautizar así la vía se tomó por haber construido «el primer hito de la historia local en la que se aglutinan en el apoyo todos los estamentos locales, sin distinción de ideología, para defender las bases de nuestra economía».
La muestra se inaugurará a las 12.30 horas en un acto que contará con la asistencia de la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, la concejala de Cultura, Yolanda Alonso, y el director de la Fundación Juan Muñiz Zapico, Benjamín Gutiérrez Huerta. Podrá verse en los horarios habituales del museo durante cuatro semanas, hasta el próximo 10 de diciembre.